¿ Y que le dirías a alguien que tiene temor de seguir avanzando? Que el esfuerzo venza al miedo. Si, le diría eso. Que el esfuerzo venza al miedo.
Tener temor no solo es absolutamente normal, sino además es conveniente. El temor hace aflorar nuestra habilidades de prudencia y cautela. El temor nos hace estar preparados. El temor es una fortaleza.
La inacción como consecuencia del temor es lo que no ayuda. Cuando la prudencia se convierte en parálisis y la cautela se transforma en letargo significa que el temor está ganando. Que el esfuerzo venza al miedo es reconocer y valorar nuestras capacidades y decidir enfrentar el temor. Aceptar que es difícil, pero tener claro que la simple dificultad del trabajo te crea la victoria.
Hace pocas semanas entrevistaba a un ingeniero de sistemas del área de tecnología que postulaba para una posición en el equipo de Data Analytics. No estoy en el rol de Selección de Recursos Humanos, pero me gusta conocer personalmente a todos los candidatos que desean incorporarse al equipo, porque es un enorme aprendizaje. Y en esta ocasión volví a aprender. Pregunté si entendía que esta decisión era un cambio en su vida. “Pasar de desarrollar programas a interpretar datos son cosas muy diferentes, le dije. Es un empezar de nuevo”. Contestó con dos respuestas contundentes. “Hacer cosas nuevas es lo que me hará aprender más y seguir creciendo, me dijo. Y tengo dos hijos pequeños por los que debo atreverme”. Seguro que imaginan mi decisión.
Aprender, crecer y atreverse. Tres palabras alucinantes que se convierten en el motor para seguir avanzando. Es obvio que el amor por sus hijos resulta ser la causa mayor para atreverse, tal y como hemos comentado en otro episodio de “Tres Minutos Basta” cuando decíamos " la vida es cansada, pero el amor descansa”, pero también el reconocer que las cosas nuevas son una oportunidad de aprendizaje y crecimiento hace que nos movamos en la dirección correcta.
Que el esfuerzo venza al miedo es la expresión que resume esa capacidad que todos tenemos de atrevernos movidos por un bien mayor. Esa posibilidad de ganarle al temor a partir de la pasión. Esa virtud que nos hace saber que hacer las cosas con amor y por amor solo consigue resultados positivos.
Al iniciar estudios universitarios. Al cambiar de carrera. En un nuevo trabajo o cambiado de puesto. Irse a vivir a otra ciudad o a otro país. Tantas y tantas circunstancias que se presentan acompañadas de temor. Y si el temor nos gana podemos frustrar oportunidades. Y si ganamos nosotros, podemos encontrar nuevos éxitos.
Por eso, si tienes temor a seguir avanzando, respira hondo y decide que el esfuerzo venza al miedo.