Cada día alrededor del Gobierno de Castillo se muestran lamentables hechos de corrupción que afecta el funcionamiento del Estado.
Los audios entre Zamir Villaverde y Juan Silva por los “100 grandes” en el caso del Puente Tarata, parecen opacarse por la forma escandalosa en la que aparentemente dejaron escapar al exministro de Pedro Castillo.
Este hecho impacta al Perú en su desenvolvimiento económico y político. Al respecto recogemos tres puntos de vista sobre las consecuencias o efectos que ya se muestran al país.
Luis Miguel Castilla, exministro de Economía.
La falta de credibilidad, con la prima de riesgo y las decisiones de inversión pesan fuente, a pesar del discurso en la Cumbre de las América para los inversionistas. Al presidente no se le cree, además la continuidad no está asegurada.
Eso obviamente hace que la proyección de la inversión sea negativa y que vaya a caer y que la economía continúe con un patrón de desaceleración.
El efecto es que esta situación de corrupción y de falta de norte, y que el gobierno solo se concentra en defenderse de las acusaciones en contra del presidente y de muchos de sus miembros, lo lleva a dejar de tomar decisiones que son deliberantes para el bienestar de los peruanos como la crisis alimentaria.
Si bien hay un cambio en el Midagri, porque parece que el nuevo ministro tiene algo más de experiencia que sus antecesores, sin embargo, las decisiones tomadas podrían traer serias consecuencias por el impacto que puede tener en la cosecha que viene en los siguientes meses. Eso puede acelerar un descontento en la calidad de vida de mucha gente del país que sufre de hambre.
Además, en esta Comisión de Alto Nivel para la Crisis Alimentaria se ha excluido al MEF y lo que no tienen ningún sentido por el rol que juega, además es el rector en materia de contrataciones para que se haga la compra a tiempo.
Esto lo que demuestra es que sigue habiendo indefiniciones al interior del gobierno, que le va a pasar una factura muy grande al gobierno en el malestar y descontento ciudadano.
En cuanto a la inversión privada, la inversión minera se ha mantenido y la no minera cae respondiendo a las decisiones erráticas, mensajes estatistas, y la incertidumbre.
En el caso de las mineras, uno de los principales riesgos que ven los inversionistas son los conflictos sociales, y la falta de capacidad en la gestión.
En el 2014 la inversión minera era alrededor de US$ 6,000 millones, y este año será de US$ 1,400 millones y US$ 500 millones en el 2023. Está reduciéndose al 10% de lo que era hace casi 10 años atrás.
No solo se trata de conflictos sociales, sino de violencia, que se podría acentuar ad-portas de las elecciones regionales.
Por otro lado, las inversiones en infraestructura están paradas y es que se podrían iniciar las acciones en ProInversión, pero el MTC hace un llamado a la revisión de los contratos de concesión y pone en stand by el apetito por participar en varios proyectos. A ello se suman las licitaciones en el MTC, bajo la sombra de la corrupción.
Ni siquiera en los proyectos como la línea 2 del Metro avanzan y lo que se ha disparado son las controversias en el CIADI, y es que hace 10 años teníamos 15, cuyas resoluciones al final fallaban a favor del Estado y hoy se han triplicado las controversias, la mayoría de ellas fallaría a favor de las empresas.
Esto nos pasará una factura al país porque no se aprovecha el precio de los metales y nos pasará una factura en el estancamiento de la economía y del país.
Con ello, la pobreza no bajaría, sino en el mejor de los casos se estancaría o subiría.
Hoy somos vistos como un país poco serio y razonable.
Juan Velit, internacionalista
Creo que el respaldo internacional que tuvo Pedro Castillo por las elecciones, desde los países de la región, desde el Departamento de Estado de Estados Unidos, o la Unión Europea ahora se viene perdiendo, no solo por su desconocimiento en la gestión pública, sino por los actos de corrupción.
Hoy la UE, Departamento de Estado de Estados Unidos deben ver un proceso de ulceración, de desgaste del Ejecutivo, lo que le descuenta la capacidad de negociación del gobierno peruano en el concierto internacional.
Este Gobierno tiene 10 meses y ya tienen entre 4 o 5 personajes de la administración pública fugados, un ministro y el secretario general de la Presidencia de la República, el de mayor confianza del presidente. Esta pérdida de peso político se verá en la Cumbre de las Américas.
En este escenario, que debería ser propicio para buscar capitales extranjeros para que vengan al Perú, porque el escenario internacional está movido, y podría ser el país un punto de llegada no es así.
A pesar de que irán menos países y algunos con menor perspectiva como Brasil, que dijo que apoyaba a Trump, o Argentina con sus problemas y Colombia que está ad-portas de nuevas elecciones.
El Perú debería llegar en su mejor momento, y como dirían los griegos, que se alinearon los astros a favor del país, pero a la vez llega en contra dado que el Ejecutivo es absolutamente inexperto, con algunas excepciones.
Sus mensajes contra la inversión los hacen inconsecuentes, y ni siquiera en meses, sino en semanas o en horas, en el que dicen una cosa en la mañana y otra en la tarde.
Eso es parte de la inexperiencia, así lo digan en el último rincón del Perú, los inversionistas se enteran en pocas horas. Es lamentable lo que le pasa al Perú.
Raúl Ferrero, constitucionalista
Veo con mucha preocupación lo que viene pasando en el país, estamos en un escenario muy delicado y con mucha incertidumbre porque no se sabe lo que pasará al día siguiente.
Hay un desconcierto en todos los grupos políticos ante las indefiniciones y estamos en un atolladero sin salida.
La incertidumbre se eleva cada día más, sin que se encuentre un medio de solución entre los actores políticos. No se sabe hacia donde quiere dirigirse el país.
Veo una gran incertidumbre desde que inició este gobierno y que desgraciadamente se pone peor cada vez y no sabemos en qué momento va a reaccionar la clase política. No hay ningún indicio en que estas cosas puedan solucionarse o encararse debidamente.
No veo una salida pronta, lo que tiene que haber es más cordura y hay gente muy valiosa, y muchos tienen buenas intenciones, pero lejos de avanzar las cosas se ponen muy complejas.
Hay muchas tareas por hacer, no en el corto plazo, sino en el mediano plazo para salir de este atolladero, porque la situación es muy delicada.
No se ve la luz al final del túnel.