Las unidades de cuidados intensivos (UCI) de Perú han vuelto este viernes a estar tan llenas como en el peor momento de la pandemia, una situación crítica que se repite cuando la segunda ola de la COVID-19 apenas está comenzando a crecer.
Hasta 1,553 enfermos de COVID-19 estaban este viernes en estado crítico y con respiración asistida en las UCI de los diferentes hospitales de Perú, el mismo número que se registró el 13 de agosto, cuando se batió el récord en ocupación de ventiladores mecánicos por infectados de coronavirus.
Así lo informó la presidenta ejecutiva del Seguro Social de Salud (EsSalud), la exministra Fiorella Molinelli, quien señaló que la capacidad nacional de UCI se encuentra al 90%, pero en varias regiones donde la segunda ola ha comenzado golpear primero ya se encuentran prácticamente al 100%.
Es el caso del Hospital Alberto Sabogal, del Callao, la ciudad portuaria aledaña a Lima, donde las 40 camas de su unidades de cuidados intensivos se encuentran ocupadas por pacientes de COVID-19, sin capacidad de momento para nadie más, según pudo comprobar Efe en una visita a las instalaciones de este centro médico.
“Es muy triste dejar a pacientes que no pueden ingresar a cuidados intensivos ni tampoco poder referirlos porque tampoco hay camas en otros hospitales”, lamentó a Efe la médico intensivista Carmen Zárate, jefe de la UCI del Hospital Sabogal, administrado por EsSalud.
Hospitales al límite
En esta UCI había 28 camas ocupadas a finales de diciembre, pero la demanda ha ido creciendo paulatinamente y la capacidad de esta unidad se ha incrementado las 40 existentes actualmente, todas ellas ocupadas por casos graves de COVID-19.
La médico intensivista aseguró que la UCI que tiene bajo su responsabilidad atraviesa una situación similar a la vivida entre junio, julio y agosto, cuando se vivieron los momentos más tensos y críticos de la primera ola de la pandemia.
“Ahora vemos la llegada de pacientes con mayor dificultad respiratoria. Llegan con saturación de 93% y una necesidad real de recibir oxígeno”, explicó Zárate.
Hasta hace pocas semanas los contagiados por el coronavirus que llegaban a este hospital no necesitaban tanto flujo de oxígeno como los de ahora, por lo que los médicos podían atacar al virus más fácilmente y evitar que el paciente llegase a entrar a la UCI.
“Nos preocupa porque ya no podemos darnos a basto. Hay una falta de conciencia de la misma población. Ya no sé si realmente es porque estamos cansados de estar en casa o cuidarnos, porque parece que la gente quiera contagiarse y alcanzar una inmunidad de rebaño”, señaló la especialista.
Más ingresos que altas
Por su parte, el médico emergenciólogo Emanuel Benavente, jefe de cuidados intermedios y coordinador de salud del comando COVID del Hospital Sabogal, indicó a Efe que el centro está registrando más ingresos que altas, lo que está llevando al nosocomio al límite de su capacidad.
“Estamos hospitalizando entre 16 y 18 pacientes por turno, mientras hay unas 8 altas en el mismo periodo”, precisó Herrera.
Por ello este hospital está aumentando su capacidad de camas en un 30% sobre su oferta previa a la pandemia en esta primera fase de la segunda ola, con el horizonte de crecer hasta un 70% si la gravedad e incidencia del virus así lo requiere.
“Estamos en una etapa de contención, pero estamos llegando a un punto en que el crecimiento es tan rápido que las decisiones y acciones que tomemos tienen que ser igual de rápidas para poder afrontar este incremento”, advirtió Herrera.
Efectos visibles de las fiestas navideñas
Los efectos de la segunda ola son más graves en las hospitalizaciones, pues los 1,553 pacientes que están en las UCI son parte de las más de 7,800 personas que se encuentran hospitalizadas y bajo observación.
Esto es aproximadamente la mitad de las casi 15,000 que llegaron a ser a mediados de agosto del año pasado, pero prácticamente unos 4,000 más de los que había a inicios de diciembre, en el momento de menor ocupación hospitalaria por COVID-19 en Perú desde las primeras semanas de la pandemia.
Esa es la consecuencia directa de los más de 60,000 casos sintomáticos confirmados de COVID-19 en los últimos 30 días, entre ellos primero de la variante británica del coronavirus, que circula sin control entre la población ya que las autoridades aún no han podido determinar desde cuándo llegó a su territorio.
En total son más de un millón los casos sintomáticos confirmados desde el inicio de la pandemia en Perú, de los que más de 38,500 han muerto, pero los registros de las distintas regiones, que cuentan los casos asintomáticos y los sintomáticos sin prueba positiva, sobrepasan los dos millones de contagiados.
Primeras vacunas listas para recoger
Desde el Gobierno, la ministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete, anunció este viernes en una comparecencia en el Congreso que el primero de los 38 millones de vacunas que el Ejecutivo peruano ha acordado adquirir al laboratorio chino Sinopharm ya está listo para ser recogido en China.
Además de con Sinopharm, el Gobierno peruano también alcanzó un acuerdo para comprar 14 millones de dosis al laboratorio británico AstraZeneca, lo que unido a las 13.3 millones de dosis que espera recibir de la iniciativa multilateral Covax espera poder inmunizar a toda su población de 32.6 millones de personas.
No obstante, Astete indicó que desde el Ejecutivo todavía no se da por perdido un acuerdo que la anterior administración del expresidente Martín Vizcarra tenía con el laboratorio estadounidense Pfizer para otros 9.9 millones de dosis.