La plena integración de los migrantes venezolanos en los países de acogida puede a largo plazo volver “sostenible” la gestión de la crisis de refugiados, aseguró el canciller peruano, Gustavo Meza-Cuadra.
“Si ellos se insertan van a comenzar a pagar sus impuestos y puede llegar en un momento a tener un impacto más positivo porque hay gente calificada y esto puede llegar en el futuro a ser sostenible”, aseguró Meza-Cuadra en Bruselas.
Para ello, el responsable del Perú, país que alberga a 860,000 venezolanos que huyeron de su país por la crisis política y económica, estima que primero se necesita la asistencia internacional para “capacitarlos, darles salud, educación”.
“El 95% de ellos ha dicho que no tiene intención de regresar. Aún si hay un cambio de régimen en Venezuela, ellos van a quedarse un largo tiempo, sino indefinidamente”, agregó, cifrando en US$ 550 millones anuales el monto necesario para la atención de los migrantes en el Perú.
Entre los retos a financiar, el canciller destacó dotar de un seguro de salud a los niños migrantes. "Tenemos un sistema de salud que tiene un seguro para los sectores más vulnerables, que no está en capacidad en este momento de atender ese flujo", explicó.
La conferencia internacional de solidaridad, convocada por la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas, cerró este martes con un llamado a aumentar el apoyo a los países latinoamericanos, a donde se fueron el 80% de los 4.5 millones de venezolanos que abandonaron su país.
Aunque se comprometieron este martes unos US$ 130 millones, el evento no era una conferencia de donantes propiamente dicha, ya que su objetivo era llamar la atención de la comunidad internacional sobre esta crisis, una de las más graves del mundo, según la ONU.
"No había comprensión por parte de la comunidad internacional", reconoció Meza-Cuadra, quien celebró el anuncio de que habrá un seguimiento con una posible conferencia de donantes "a comienzos del próximo año" en la que los países podrán presentar sus proyectos a financiar.
La ONU estimó el lunes en US$ 1,350 millones el monto necesario en el 2020 para atender a 4.3 millones de venezolanos establecidos en 17 países, cifra que multiplica por dos un llamado anterior de diciembre del 2018, del que logró recaudarse por el momento la mitad.