Actualmente el 8% de los hogares peruanos a nivel nacional aún usa leña para cocinar, según revela el reciente informe del INEI sobre condiciones de vida al primer trimestre del 2022.
Si se tiene en cuenta que en el Perú existen unos 9.3 millones de hogares, ello quiere decir que aún en 700,000 de ellos se utiliza leña para cocinar.
Incluso se registra un ligero incremento en el uso de la leña en los últimos años, por ejemplo, en el primer trimestre del 2019 esto se daba en el 7.5% del total de hogares.
Si bien en las zonas rurales el uso de la leña es más intensivo (alcanza al 28% del total de estas áreas), en las zonas urbanas también hay un incremento de su utilización. Así, en el primer trimestre del 2019 usaban leña el 1.6% de los hogares de zonas urbanas, mientras que este nivel ha subido a 2.4% en el primer trimestre del 2022 (ver cuadro).
El principal factor para el aumento en el uso de la leña para cocinar es el alza del precio del balón de GLP, indicó Samuel Vásquez, presidente de la Sociedad Peruana de Gas Licuado.
“Cuando tienes un producto cada vez más costoso, buscas una alternativa. Y ello lo estamos viendo incluso en zonas urbanas, por ejemplo, las ollas comunes, cuando se les acaba el balón de gas, están retornando al uso de la leña para cocinar”, refirió.
Los datos del portal Facilito de Osinergmin muestran que el precio del balón de GLP de 10 kg. llega a los S/ 64 en Lima, pero en algunas provincias incluso puede ser mayor.
Según datos del Gobierno, unas 800,000 familias de bajos recursos acceden a un vale de descuento FISE para adquirir un balón de gas. Este año el monto del vale aumentó de S/ 20 a S/ 25, debido al alza del balón de GLP.
No obstante, Samuel Vásquez advierte que un porcentaje importante de estos beneficiarios prefieren seguir usando leña y están revendiendo esos vales.
“Prefieren revender el vale a S/ 10, quedarse con ese dinero, y seguir usando leña. Pero no se dan cuenta que también hay un efecto tóxico para la salud al usar leña”, anotó Vásquez.
Ante este escenario, el ejecutivo ve poco probable que en los próximos años se reduzca el uso de la leña.
“Es un tema también de idiosincrasia del usuario, que se ha acostumbrado a la leña. Hubo zonas donde se obsequiaron cocinas y las familias las vendieron. A diferencia del kerosene, que se pudo desterrar su uso y migrar al GLP, reducir el uso de la leña va a ser mucho más difícil”, apuntó.
Las estadísticas anuales del INEI muestran que entre el 2010 y 2015 el uso de leña se redujo de forma importante al bajar a la mitad y pasar del 20% al 10% del total de hogares. Pero a partir del 2016 a la fecha este nivel se ha estancado en el rango de 8% a 9% (ver cuadro).