Escribe: Oscar Zapata Alcázar, presidente de Perucámaras
Este domingo 28, la presidenta de la República, Dina Boluarte dirigirá su Mensaje a la Nación, en el que de acuerdo con el mandato constitucional– deberá hacer una exposición detallada de la situación del país y formular las mejoras y reformas que juzgue necesarias para su consideración por el Congreso de la República.
Este será el cuarto mensaje del actual Gobierno, que comenzó con Pedro Castillo y que –también de acuerdo con lo que ordena la Constitución– la Sra. Boluarte debe continuar hasta el 28 de julio del 2026.
Subrayamos la necesidad de ceñirnos a los plazos que dispone la Constitución, porque a pesar de las cifras que señalen las encuestas, no podemos ni debemos seguir petardeando nuestra frágil institucionalidad que –guste o disguste– es la única que garantiza estabilidad para que el Perú no continúe siendo el botín que impacientemente se disputan quienes ansían hacerse del poder a toda costa.
Ello nos debe obligar a que en estos dos años que restan del actual régimen, se adopten medidas inmediatas para acelerar el proceso de desarrollo que venimos experimentando con el crecimiento del PBI que, de manera progresiva, se viene dando en los últimos meses.
Algunos indicadores y proyecciones han comenzado a señalar la recuperación económica que viene en sintonía con la de la confianza empresarial, que ya se muestra en el tramo optimista. El Banco Central de Reserva ha corregido su proyección de crecimiento del PBI de 3% a 3.1% con sesgo al alza y el Citi habla de un “renacer de la inversión privada”.
En tal sentido, los peruanos quisiéramos oír un mensaje presidencial con una agenda precisa, donde destaque la promoción a la inversión privada a través del impulso de una cartera de proyectos de infraestructura que convierta a este Perú fracturado y dividido, en uno cohesionado, conectado físicamente y dando los primeros pasos para una verdadera integración.
LEA TAMBIÉN: Plan remozado
Solo haciendo realidad proyectos como la interconexión del puerto de Chancay, Chavimochic III, la nueva Carretera Central o las seis vías ferroviarias para atender la carga minera y agroexportadora, podremos convertir este primer atisbo reactivador en un verdadero ímpetu para continuar y consolidar el crecimiento.
Existen, además, un conjunto de obras de infraestructura vial y logística pendientes que forman parte del Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad, que solo bastaría reimpulsar.
Urge también atender temas como el del aeropuerto del Cusco y el acceso a Machu Picchu– nuestra principal fuente de ingresos turísticos– y garantizar, a través de una estrategia basada en tareas de inteligencia, la seguridad ciudadana y el combate a la delincuencia y el crimen organizado, especialmente en regiones como La Libertad.
Las regiones están demostrando que son capaces de lograr –en condiciones contrarias– un notable crecimiento en sus exportaciones, como se aprecia en 11 de ellas entre enero y mayo, destacando las de Puno (138%), Huánuco (55%), Loreto (42%), Pasco (36%), Tacna (18%), Moquegua (17%), La Libertad (15%), Amazonas (12%), Ica (10%), Ucayali (8%) y San Martin (6%).
Nótese que aquellas regiones en que más se creció, son las que registran elevados índices de pobreza como Loreto (43.5%), Pasco (41.7%), Puno (41.6%) y La Libertad (31.6%), lo cual permite suponer que a medida que la reactivación económica se vaya dando, los niveles de pobreza irán disminuyendo.
El Perú necesita armonía, confianza, y también necesita del esfuerzo de todos, públicos y privados, para hacer de esta nación una que muestre el desarrollo que tanto anhelamos.
LEA TAMBIÉN: El Gas Natural: Nueva oportunidad de industrializar el Perú
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.