CEO y cofundador de Tucambista
La industria fintech ha logrado un crecimiento importante en los últimos años a nivel global y el mercado peruano no es la excepción. Parte del éxito de estos emprendimientos de tecnología financiera se debe a la adopción de medios digitales ocasionado por la pandemia de la COVID-19, lo que motivó que el número de las tecno financieras se incremente y se conviertan en una opción segura y rápida para realizar diversas operaciones digitales.
Por ello, la posibilidad de implementar tecnología continúa ofreciendo oportunidades de negocio y contribuyendo con la inclusión financiera del país; pero, al mismo tiempo, plantea retos a sus entes reguladores e instituciones financieras que vienen asumiendo un rol cada vez más protagónico en este proceso.
Según la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) la cantidad de nuevos productos y cambios significativos en productos existentes se elevó de 131 a 315 entre los años 2018 y 2020; y, a fines de agosto del 2021, se registraban 214, estando una gran parte de estos asociados a la transformación digital. Estos desarrollos incluyen: Onboarding digital de clientes para banca y seguros, créditos online, billeteras electrónicas y transacciones digitales de divisas y transferencias móviles durante las 24 horas del día entre clientes de diferentes instituciones financieras -aumentaron 13 veces del 2019 al 2021.
Durante el 2020, más de dos tercios de los peruanos incrementaron el uso de aplicaciones digitales para realizar transacciones bancarias. En el 2021 y lo que va del 2022, mantiene una tendencia creciente y más acelerada, por lo que en los últimos dos años los canales digitales se han convertido en el principal canal para efectuar transacciones.
Aún tenemos necesidad de que el mercado peruano financiero siga digitalizándose de forma acelerada y para eso es clave contar con capital humano suficientemente calificado para impulsar la evolución en las compañías y se fomente la creación de productos y servicios ágiles y seguros con base digital, puesto que no es solo exclusiva del sistema financiero, sino de todos los sectores económicos, en mayor o menor grado están impulsando este proceso.
Además, para que se pueda continuar con el proceso de transformación digital, se debe evaluar los problemas estructurales propios del país: el déficit de infraestructura en telecomunicaciones, las brechas de inclusión y educación financiera que aún se deben cubrir.
Las empresas y emprendedores deben tener claro que la digitalización les va a permitir crecer, ampliar su red de clientes y llegar a más territorios. Tener presencia en Internet no solo se trata de exponer los productos o servicios de manera online, sino de brindar soluciones integrales que sean fáciles de usar, seguras y que prioricen la atención al cliente, pero, sobre todo, que faciliten la experiencia de compra digital del consumidor y logren fidelizar.