Jorge Bazo, Global Business Development Manager de SGS
El impacto del ciclón Yaku en nuestro país ha evidenciado, nuevamente, lo poco preparados que estamos para controlar este tipo de fenómenos.
La agricultura se ha visto especialmente perjudicada, tanto en la cadena agroexportadora como en la distribución de alimentos para el consumo interno.
Cerrar las brechas de infraestructura requiere de estrategias de largo alcance. No obstante, hay acciones puntuales que pueden realizarse para mitigar sucesos similares, como el Fenómeno del Niño, anunciado para fines de año.
Para la agricultura, proponemos un plan de dos etapas. La primera es inmediata y debe realizarse en mayor parte durante este año. Consiste en reconstruir o reparar la infraestructura afectada por las lluvias y huaycos: puentes, carreteras, caminos, canales de irrigación y reservorios, etc.
Este tipo de infraestructura debe reforzarse. Por ejemplo, los puentes deben contar revestimientos adecuados; y el encausamiento de los ríos, con suficiente protección para evitar desbordes, además de un programa anual y rutinario de limpieza de causes. Para esto último, se debe tomar como referencia la cuenca hidrográfica, involucrando a autoridades nacionales, regionales y locales; y siguiendo una misma lógica de diseño y gestión.
En una segunda fase, en el 2025, debe establecerse un plan para capitalizar el agua que se genera en exceso durante estos fenómenos climáticos. Se puede hacer a través de zanjas de infiltración o de un programa agresivo de siembra de especies vegetales nativas en las zonas desérticas.
Así, las empresas requerirán menos inversiones de última hora dado el menor riesgo de incidencias; y el transporte de los productos se dará en los tiempos establecidos.
En lo social, se garantiza la seguridad alimentaria (evitando precios altos) y se permite a las personas trabajar y mantener sus ingresos. Incluso, las obras citadas pueden ser ejecutadas por las comunidades.
En lo ambiental, las zanjas permiten que el agua se infiltre y se vaya a la napa freática y pueda ser utilizada mediante pozos, expandiendo la frontera agrícola y generando ahorros de agua. Además, se recupera biodiversidad, impulsando la siembra de especies nativas.
Los fenómenos climatológicos son parte ineludible de nuestra realidad. Se requieren planes de infraestructura más amplios, pero hay acciones puntuales que pueden, desde ahora, generar una infraestructura mínima para estar más preparados.