Javier Perla, gerente de Servicios de Sostenibilidad de SGS Perú
Este 5 de junio se celebraron 50 años del Día del Medio Ambiente, una gran oportunidad para, en primer lugar, agradecer por los recursos que el planeta nos brinda, sin los cuales no podríamos vivir. También es una buena ocasión para hacer un balance de cómo hemos asumido el reto de la sostenibilidad y en particular el de cambio climático; así como para determinar cuál es la agenda pendiente.
En el sector público, el Estado asumió un mayor liderazgo desde que Lima fue elegida sede de la COP 20 en el 2014 y tuvo un rol activo en la COP 21, realizada en París al año siguiente. Estas experiencias no solo fueron claves para poner el tema en agenda al más alto nivel, sino también para, sobre todo, fortalecer el proceso de la Ley de Cambio Climático y su Reglamento.
Uno de los principales aciertos de esta norma es la creación de la plataforma Huella de Carbono Perú. Al ser un reconocimiento oficial ha generado un incentivo importante para que diversas empresas se comprometan con medir, verificar y/o reducir su huella de carbono, evidenciando de esta manera su compromiso climático.
El sector privado también ha tenido una avance importante. Las empresas que operan en el país tienen una mayor conciencia ambiental. Dentro de las razones que explican este crecimiento, además del citado liderazgo de las autoridades, están: el acceso a tecnologías más eficientes y de menor costo, cambios regulatorios, un cambio generacional en los directorios y las gerencias, nuevos instrumentos financieros con enfoque sostenible, expectativas y estándares más elevados de los grupos de interés, como casas matrices, Bolsas de Valores, consumidores o la opinión pública, etc.
Se evidencian muchas señales de que estamos en el camino de la transformación, lo cual es muy positivo. Sin embargo, no es suficiente, sobre todo considerando que el Perú debe reducir en un 40% sus emisiones de Gases Efecto Invernadero para el año 2030, tal como lo indica el compromiso asumido internacionalmente por el país en el año 2020.
Próximos pasos
El Ministerio del Ambiente, como ente rector de la gestión climática nacional, debe enfocarse en ejercer un liderazgo integrador multisectorial, con carteras como Economía, Producción, Agricultura, Transporte y Relaciones Exteriores; multinivel, con gobiernos central, regionales y locales; y multiactor, con las empresas, la academia, las ONG, entre otros.
Con el conocimiento y la experiencia de cada actor, en un entorno de confianza, es más probable que puedan crearse políticas públicas ambiciosas y realizables, con los incentivos adecuados para que más empresas inicien o consoliden una gestión sostenible.
No obstante, cabe resaltar que muchas empresas, independientemente de su tamaño o del sector al que pertenezcan, pueden mejorar desde ahora sus indicadores de sostenibilidad.
En ese sentido, a partir de nuestra experiencia, compartimos algunas recomendaciones que hemos podido rescatar en los últimos años, en los que hemos acompañado a muchas empresas en este proceso.
Integrar la sostenibilidad a la estrategia de negocio: Hay que tener claro cuál es el alcance de la compañía. En cada etapa de la cadena de valor hay oportunidades para generar valor a los grupos de interés más allá del servicio o producto que se ofrece, pero, además, estas iniciativas deben ser estratégicas para el negocio. Por ejemplo, algunas compañías están reduciendo sus costos gracias al cambio de su matriz energética a fuentes renovables. Hoy no puede concebirse un estrategia de negocio sin considerar aspectos ambientales y sociales, además de los económicos.
Priorizar: Las compañías van a encontrar un número grande de asuntos vinculados con lo ambiental y lo social en sus operaciones. Sin embargo, será complejo poder enfocarse en todo. En ese marco es necesario realizar un análisis de materialidad, que consiste en identificar y priorizar los temas que son más relevantes tanto para la operación de la compañía como para los grupos de interés de esta.
Enfoque colaborativo: La colaboración entre empresas es fundamental para compartir experiencias y encontrar las mejores prácticas y nuevas oportunidades de negocio. Los retos que plantea la sostenibilidad requieren de nuevos productos y servicios.
Metas y métricas claras: En cada uno de los asuntos identificados se deben establecer indicadores de desempeño y metas acorde a las posibilidades de la compañía. Si no medimos y definimos un objetivo claro de lo que se busca, será muy complejo hacer seguimiento y una adecuada gestión.
Nuestro planeta está al límite de su capacidad y requiere que todos, desde la posición en la que estemos, tanto a nivel personal como siendo parte de una organización, contribuyamos a su cuidado.