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Con sus importantes y veloces avances, cómo la Inteligencia Artificial (IA) moldeará el futuro y qué podemos hacer para prepararnos, se ha vuelto uno de los temas de reflexión y discusión más relevantes a nivel mundial, planteando ciertas preguntas estratégicas que la alta dirección empresarial no puede dejar de abordar.
La primera de ellas tiene que ver con el dimensionamiento y entendimiento del impacto que esta tecnología tendrá en el negocio. Según PwC, al 2030 la IA podría contribuir con más de US$ 15.7 billones a la economía global, mientras que un reciente estudio del MIT Technology Review y NTT Data señala que la tasa de adopción de IA en empresas latinoamericanas ha aumentado significativamente, con un 60% que sostiene haber iniciado la incorporación de esta tecnología hace más de un año y un 20% que lo ha hecho en los últimos meses.
No obstante, a pesar de que Perú es uno de los países de la región que más ha avanzado a nivel regulatorio en esta materia, el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILA) lo posiciona recién en el séptimo lugar de las 12 economías analizadas, evidenciando importantes oportunidades de mejora para su adopción en las empresas. ¿Está consciente de las implicancias que tiene la IA para su compañía, considerando oportunidades y riesgos? ¿Está el conocimiento interno y externo para responder oportunamente la pregunta anterior?
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Más allá de generar aumentos disruptivos de productividad, la IA hoy también tiene el potencial de crear y mejorar productos, servicios y modelos de negocio, generando mayor valor hacia los clientes. Desde aplicaciones capaces de identificar con mayor velocidad y precisión enfermedades como el cáncer, hasta la construcción de asesores expertos en prácticamente cualquier materia, las posibilidades exceden a la imaginación.
En ese sentido, ¿qué valor podría aportar la IA a mi organización? ¿Qué estrategia de data generará un mejor desarrollo de la IA? ¿Cómo hacer una inversión en IA escalable, pudiendo ampliarse en el tiempo a múltiples usos y aplicaciones?
Junto con ello, es clave analizar y gestionar los riesgos multidimensionales que emergen con esta tecnología, tanto a nivel regulatorio, como en ciberseguridad, propiedad intelectual y transformación de la fuerza laboral, entre otros. Así, algunas preguntas que emergen incluyen ¿cómo la IA puede impactar a nuestros distintos stakeholders? ¿Cuál es la información sensible de la empresa y sus stakeholders y cómo garantizar su seguridad? ¿Cuál es nuestro apetito por riesgo y cómo lo gestionamos?
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Sin dudas, 2023 será recordado como el año en que la Inteligencia Artificial (IA) experimentó un gran avance tecnológico hacia lo generativo y se viralizó a nivel global. No obstante, recién estamos viendo el comienzo. Aun así, algunas compañías con elevadas capacidades adaptativas ya han generado ventajas competitivas.
Al mismo tiempo, las personas están evolucionando su forma de abordar el mundo, diversas barreras a la innovación están desapareciendo y muchos paradigmas están quedando obsoletos. Lo que estamos viviendo es más grande que cualquier otro desafío empresarial que los directorios actuales hayan experimentado, y sólo aquellos que aborden oportunamente las preguntas correctas podrían gestionarlo con éxito. ¿Qué preguntas adicionales tiene usted? ¿Cuánto y en qué ha avanzado para responder a estas preguntas y abordar con acciones concretas esta ineludible disrupción?