Gerente VP de Marsh Advisory
Aumento de niveles de desempleo, crisis de transporte y de cadenas de suministros, limitaciones en las importaciones de productos, brechas de ciberseguridad y una fallida gestión medioambiental por parte de los Gobiernos y las propias empresas son los principales obstáculos que deben enfrentar las organizaciones de cara a los próximos años.
De acuerdo al Global Risk Report 2022, desarrollado por el World Economic Forum en colaboración con Marsh, los riesgos sociales, ambientales, y económicos son tres de las principales barreras que impiden un crecimiento orgánico para las empresas. En torno a este panorama, se hace necesario conocer cómo sobrellevarlos y qué implica gestionar estos riesgos.
En lo social, el 2022 ha destacado por hechos a nivel global que generan interrupción en las cadenas de suministros, el más importante es el actual rebrote de COVID-19 que sufren las principales ciudades de China, cuyo gobierno aún mantiene restricciones en los servicios portuarios, limitaciones en sus envíos y escasez de personal. Asimismo, se suma el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha impedido la importación de algunos productos primarios.
A nivel nacional, hasta el primer mes del año la Defensoría del Pueblo registraba un total de 203 conflictos sociales, 5 más que los que se tenía contado hasta el cierre del 2021. De ellos, 154 se encontraban activos y 49 en estado latente. Esto desencadenó el cierre de las principales vías del país durante las primeras semanas de abril que también influye en la interrupción de la cadena de suministros a nivel local.
Frente a estas interrupciones, los importadores y productores deben considerar implementar estrategias para identificar en su cadena de suministro proveedores críticos de productos o materia prima del extranjero para concretar acciones de continuidad y minimizar el impacto de estos eventos. Mientras que en el caso del transporte interno se debe buscar mejorar los planes de acción y mantener una revisión constante de los inventarios.
Otro riesgo importante y vigente es la crisis económica generada por el COVID-19. La pandemia ha provocado niveles de desempleo altos. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo hasta inicios del 2022, el nuevo coronavirus acabó con 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en todo el mundo.
Sobre ello, Marsh señala en su informe que, si bien el empleo se está acercando a los niveles previos a la pandemia en muchas economías avanzadas, a nivel mundial, la recuperación de empleos de la crisis de COVID-19 está rezagada con respecto a la recuperación económica: el empleo global sigue siendo más bajo que antes de la pandemia.
Los riesgos ambientales se perciben como las cinco amenazas a largo plazo más críticas para el mundo, así como las más potencialmente dañinas para las personas y el planeta. Sobre ello, la “acción de control climático fallido”, el “clima extremo” y “pérdida de biodiversidad” se clasifican como los tres riesgos más graves según organizaciones participantes del estudio de Marsh.
Uno de los primeros pasos para mitigar este riesgo es el reconocimiento de cuál es el impacto real del mismo. Para ello, es necesario identificar, y de ser posible, cuantificar los riesgos ambientales, definir medidas para el tratamiento de estos riesgos y establecer KPI’s y KRI’s para el monitoreo de los mismos. Además de estos 3 principales riesgos, se suman los tecnológicos y los geopolíticos. Una correcta gestión de nuestras organizaciones, nos llevará a estar preparados para cualquier crisis futura, para generar oportunidades en situaciones de riesgo y a mantener a flote la productividad.