El programa de destruir la institucionalidad del país está avanzando a paso firme, y los poderes llamados a gobernar el Perú solo gobiernan para sus propios intereses, lo que genera caos, destrucción y corrupción. En una frase, existe un “desgobierno total”.
Muchos de nosotros no queríamos aceptar la verdad. Creíamos que los errores y tropiezos del actual gobierno eran parte de la falta de experiencia de las autoridades de turno, negándonos a reconocer lo evidente: la existencia de un plan concreto de destrucción de nuestra institucionalidad. Y lo más lamentable es que lo avanzado hasta ahora en ese plan, nos hará retroceder unos 10 o 15 años como país siendo optimistas.
Tenemos que ser conscientes de ello. Esa es nuestra triste realidad, sin embargo, no podemos mirar hacia otro lado. No podemos seguir dejando a la deriva a nuestro país. Es hora de recuperar la conciencia y de llamar a líderes sin intereses propios, a que encabecen un programa de unidad nacional. Todavía podemos salvar al Perú, pero debemos hacerlo ya.
Salir victoriosos de esta crisis estructural que ha agudizado el actual gobierno depende de nosotros, de la ciudadanía. Nosotros debemos ser los llamados a liderar un movimiento nacional que promueva una visión y un propósito común que nos ayude a recuperar la institucionalidad y nos guíe a todos hacia el cumplimiento de metas, a fin de salir del caos. Esto solo se podría trabajar desde la institucionalidad. Esta llama al orden, ayuda a determinar metas claras y permite avanzar juntos como país hacia ellas. La importancia de tener instituciones probas es justamente lo que nos permite avanzar unidos -y de manera coordinada - al cumplimiento de objetivos de país. Por ello, su afán de destruirlas desde el gobierno resultaría estratégico. Sin ellas, no existe una estructura formal desde dónde, como ciudadanía, podamos velar por los intereses del país.
Mi gran sueño es que un gran ente representando a la ciudadanía nos guíe con indicadores económicos, educativos y de salud. Todos: empresa-Estado- academia-gremios-sindicatos, debemos trabajar juntos bajo los mismos parámetros para avanzar al cumplimiento de los objetivos que necesitamos alcanzar de manera rápida, para no continuar con nuestra debacle democrática, exigiéndoles a las autoridades su fiel cumplimiento.
Una entidad que podría liderar e impulsar este gran proyecto institucional es el Acuerdo Nacional, ya que cuenta con la legitimidad necesaria para hacerlo. Son ellos los que podrían convocar a líderes genuinos que deseen asumir una participación activa, a fin de desarrollar y ejecutar un plan de fortalecimiento institucional, que tenga también un rol de vigilancia y fiscalización.
Es verdad que las autoridades son las que fueron elegidas en procesos democráticos por la población, pero, no por eso, tienen el derecho de destruir a nuestro país. Es nuestro deber como peruanos y derecho como ciudadanos el exigir que ese descontrol se detenga.
Nosotros somos los llamados a liderar hoy nuestro país y llevarlo hacia las sendas del orden, la institucionalidad y la gobernabilidad.