
Escribe: Javier Gamboa, gerente de inversiones de RIMAC
(31 de agosto del 2025) Tras años de dudas, fragmentación y promesas que no cuajaban, la moneda europea ha recuperado protagonismo. Hoy supera el nivel de 1.16 frente al dólar (una apreciación de más de 12% en lo que va del año), y no es producto de un sobresalto técnico: detrás hay fundamentos que respaldan el cambio de tendencia. La narrativa europea ha dejado de ser puramente defensiva, y el dólar —con una economía que aún crece, pero frágil desde el punto de vista fiscal— ya no impone la misma autoridad.
LEA TAMBIÉN: El dólar bajo presión: ¿Adónde va en corto y mediano plazo?
¿Qué cambió en 2025 para el euro?
En los primeros meses del 2025, el euro parecía atrapado en el mismo laberinto de siempre: tasas más bajas, crecimiento débil, un BCE cauteloso y una Fed que no cedía terreno. Pero el segundo semestre y el liberation day (día en que Donald Trump anunció los aranceles a nivel mundial) han traído un giro inesperado. Europa ha sorprendido positivamente. La recesión quedó atrás, el consumo se estabilizó, y la actividad industrial —sin brillar— dejó de contraerse. Si bien el banco central europeo ha recortado tasas, lo hizo desde una posición de mayor control, sin pánico ni presión fiscal.

¿Por qué EE.UU. luce más vulnerable?
Del otro lado del Atlántico, la historia es más compleja. Aunque la Fed sigue en pausa, el momentum económico de Estados Unidos ha comenzado a erosionarse. La inflación se mantiene ligeramente alta, pero el crecimiento empieza a desacelerarse. Y un elemento que el mercado había olvidado —el déficit de cuenta corriente— volvió al radar. Hoy, EE.UU. financia un déficit en cuenta corriente estructural cercano al 6% del PBI, lo que significa que necesita flujos constantes de capital para sostener al dólar en equilibrio. Cuando las tasas están relativamente altas eso es fácil. Pero si la Fed empieza a recortar antes de lo previsto —o si el crecimiento decepciona— esa dependencia externa se vuelve un punto de vulnerabilidad.
LEA TAMBIÉN: Blindar la cadena de valor: un deber empresarial ante actividad de redes ilegales
¿Qué hace atractivo al euro frente al dólar?
Este desbalance estructural hace que el dólar esté más expuesto de lo que parece. Y en ese vacío, el euro ha sabido posicionarse. No por estar en una situación económica particularmente buena sino porque ofrece una alternativa estable, líquida y respaldada por una región que, aunque no lidera el crecimiento global, ha logrado evitar el estancamiento crónico que muchos daban por sentado.
LEA TAMBIÉN: Costo de capital, variable clave en todo análisis financiero
¿Hacia dónde puede ir la divisa europea?
El comportamiento técnico lo confirma. El euro ha superado resistencias clave, el interés especulativo está volviendo, y algunos gestores globales ya lo posicionan como divisa preferida en portafolios diversificados. El mercado dejó de ver al euro como una historia de riesgo y empezó a verlo como una historia de oportunidad.
LEA TAMBIÉN: La triste transformación del modelo económico
¿Puede sostenerse? Todo depende de la coherencia macro. Si el BCE logra mantener estabilidad mientras la Fed entra en terreno más expansivo, el euro podría consolidarse en la zona de 1.18–1.20. Si además Europa logra narrar una estrategia energética, digital o industrial creíble, el ciclo puede extenderse y llevarlo a niveles históricamente altos.
En un mundo complejo y con muchas variables, las divisas también cuentan historias. Y por primera vez en mucho tiempo, el euro tiene una que vale la pena escuchar.







