Periodista
La política son gestos y acciones, no solo palabras. Pero hay muchos que creen que se puede hacer política y lograr cambios con solo declarar a los medios, lanzando tuits y/o publicando comunicados.
Ante la desaparición de los verdaderos partidos políticos, la clase política se ha visto reducida prácticamente a aquellos que forman parte de las bancadas del Congreso. En estos doce meses, y con contadas excepciones, casi la totalidad de ellos solo se ha dedicado a declarar para: i) criticar, condenar, pedir renuncia o vacancia del Presidente, de un lado; y, del otro, ii) para defender al Gobierno, acusar de golpismo a la oposición, o guardar silencio hoy ante las evidencias que arrinconan al Ejecutivo.
La oposición no ha sido capaz de articular coaliciones, llegar a acuerdos o coordinar acciones que lleven a una solución política, sea negociada, de consenso, o por mayoría. No hay renuncia, no hay vacancia, no hay adelanto de elecciones, no hay reformas, no hay bicameralidad. Ni siquiera su reelección. Por el contrario, se dividen y se enfrentan por la Mesa Directiva en el momento de mayor debilidad del Gobierno.
Los “aliados” del Presidente también han disparado solo palabras sin resultados. No han tenido ni la fuerza ni la influencia, desde adentro o desde afuera, para enrumbar, rectificar o controlar al Presidente; no han sido capaces de deslindar claramente de las cuestionables acciones que han sido ejecutadas por miembros del Gobierno. Ni siquiera lo han podido obligar a cumplir sus promesas de campaña.
Este primer año el Presidente y su pequeño entorno les han ganado a la derecha, a los “caviares” y a la izquierda, a todos juntos, a pesar de que la prensa y la actual fiscal de la Nación les han puesto a estos todo en bandeja.
La prensa ha destapado y puso en evidencia, cada día, todas y cada una de las acciones que los miembros del Gobierno, o muy allegadas a ellos, han ejecutado de manera irregular, ilegal y hasta delictiva. Y la fiscal de la Nación nos demuestra que sí se puede cumplir con el deber de investigar, sin agachar la cabeza ante el poder político.
Arrinconado, señalado, investigado, acusado, y aislado, el Presidente se sigue quedando, y sigue haciendo lo que quiere y necesita. Podrán decirle de todo, desde ignorante, hasta corrupto, pero él sigue en Palacio y sigue manejando el Ejecutivo, mientras que los que tienen la solución en sus manos y en sus votos solo declaran y posan.
¿Serán capaces de algún “gesto” este 28 de julio?, ¿se retirarán del Hemiciclo, educadamente y sin escándalos, antes del mensaje para dejar claro que no reconocen ni los representa quien tiene tantas acusaciones e investigaciones, y no da ninguna explicación?, ¿acudirán al hemiciclo todos de negro?, ¿o sin problemas escucharán el mensaje y solo declararán después para mostrar su desacuerdo, como cuando dan la confianza a un gabinete y a los pocos minutos declaran pidiendo la renuncia del Premier o de un ministro?
El Presidente cumple su agenda particular con “su” gente. Controla el gobierno con un gabinete incondicional a él. Tiene en sus manos dos ministerios claves para cubrir sus espaldas y la de los suyos: Interior y Justicia; otros de suma importancia para él como son Transportes y Comunicaciones, Vivienda y Construcción; y otros dos para lograr lo que se impuso desde el inicio del gobierno: a) controlar el sector Educación y la Derrama Magisterial en favor del Fenate; y, b) lograr las mayores “reivindicaciones” para la clase trabajadora sindicalizada a través de las leyes que emite el Ministerio de Trabajo, aunque ello conlleve consecuencias sumamente negativas para el empleo formal, la inversión privada, y hasta la seguridad social de los trabajadores.
Esto último no es poca cosa. Pero a pesar de ello, y de todo lo anterior, el empresariado también se suma a aquellos que creen que solo con comunicados de condena y de pedidos de renuncia o de vacancia se puede revertir la situación actual, con un Presidente que no va a renunciar porque sabe que al día siguiente va preso.
Nos resulta muy difícil creer que los empresarios peruanos no se han dado cuenta de que en estos tiempos, en los que un gran sector de la población prefiere comunicarse con 140 caracteres, o con rápidos mensajes de WhatsApp, son muy pocas las personas que todavía leen o se informan a través de “extensos” comunicados de seis párrafos.
¿Cuáles son los gestos y las acciones de los “líderes empresariales” que buscan hacer reaccionar a sus pares, a los medianos y pequeños empresarios o emprendedores, y a la población en general?, ¿cómo están encausando o potenciando ese malestar de los 205 gremios que firmaron el último comunicado para que no quede en el papel?, ¿son solo esos comunicados?, ¿así quieren que la calle reaccione?
Nadie les exige que salgan a marchar (no sería mala idea hacerlo con esos 205 gremios), o que hagan un plantón frente al Ministerio de Trabajo (lo que no sería descabellado) pero hagan algo que se vea, que muestre compromiso y decisión, coherencia y consistencia, en lugar de gastar su plata por años en “programas” y propuestas “salvadoras” que nos le han dado ningún resultado.
¿Por qué no se ponen “de pie” y se movilizan masivamente al Ministerio de Trabajo y entregan un memorial al ministro del sector?, ¿Por qué no piden una cita al Presidente y va una gruesa delegación, y le dicen en Palacio, directa y respetuosamente, lo que piensan y desean expresar?, ¿por qué no dan un Mensaje a la Nación en vivo por televisión y radio y se dirigen al Presidente pidiendo su renuncia?, pongan a trabajar su creatividad.
Si la clase política y empresarial no reacciona y no tiene gestos o acciones que todos vean y comenten, ¿por qué le piden al pueblo que lo haga? Después lamentan y se preguntan por qué no tenemos líderes.
Los liderazgos no se construyen con declaraciones y comunicados, sino con gestos, decisiones y acciones.