RIESGOS. Petroperú pretende emitir acciones representativas de su capital social y venderlas en la bolsa, es decir, lanzar una oferta pública de acciones. No es una broma de mal gusto, considerando su preocupante situación financiera –que la ha obligado a solicitar, en la forma de sutil chantaje, un nuevo rescate al Gobierno–, sino parte de los objetivos que figuran en su plan de reestructuración, elaborado por una consultora extranjera y aprobado a fines de julio por su directorio.
Y aquí surge la pregunta, ¿qué tipo de inversionista de cartera se animará a adquirir acciones de una empresa con serios apuros financieros? Para empezar, la emisión de acciones requerirá que Petroperú sea evaluada por agencias calificadoras de riesgo. Además de su situación y perspectivas financieras, se tendrá que examinar aspectos corporativos. Teniendo en cuenta su elevada deuda financiera, que llegó a US$ 6,025 millones a marzo, según la calificadora Apoyo & Asociados (socia de Fitch Ratings), y sus pérdidas netas (US$ 158 millones en el primer trimestre), sus acciones no serían muy atractivas, pues un objetivo de poseerlas es recibir dividendos, pero eso solo ocurre cuando una empresa genera utilidades.
Es claro que no es el caso de Petroperú, que tendría que sanear sus cuentas para elevar sustancialmente su valorización y, por ende, fijar un precio adecuado para su acción. Quizás por ello esté buscando un nuevo salvataje (con dinero de los contribuyentes). Pero en vista que limpiar sus pasivos no le asegurará un mejor flujo de efectivo, se entiende que también quiera operar lotes petroleros, ya que le servirían como fuente de ingresos. El sitio web de Petroperú indica que se dedica “al transporte, la refinación, la distribución y la comercialización de combustibles y otros productos derivados del petróleo”, pero no explicita la extracción del recurso.
La implementación del plan de reestructuración, que fue parte de los compromisos que Petroperú asumió en octubre pasado para que el Gobierno apruebe el anterior rescate, debió haberse iniciado este mes. Incluye una reorganización administrativa y la modificación de su estatuto social y demás instrumentos societarios (¿añadirán su rol como operadora de lotes?). Se ve bien en el papel, pero si la estatal quiere emitir acciones para levantar capital, tendrá que hacer mucho más que cambios cosméticos. Y sin esperar más dinero público, pues el primer ministro, Alberto Otárola, ha respaldado la postura del titular del MEF, Álex Contreras, de que no hay espacio fiscal para capitalizar la empresa.