ELECCIONES REGIONALES. En la modificación planteada a la ley de partidos políticos en el 2019 se estableció que los candidatos de las organizaciones políticas debían ser elegidos por una elección interna. El fundamento de esta modificación era promover la democracia dentro de las organizaciones políticas, y si bien este requisito fue suspendido para las elecciones del 2021 debido a la pandemia, está plenamente vigente para los próximos comicios regionales y municipales (aunque se eliminó la elección universal).
Siendo así, durante el pasado fin de semana se dio inicio a las elecciones que culminarán el próximo domingo. Sin embargo, lo visto el último fin de semana deja en claro que la idea de la norma está muy lejos de la realidad. Así, de las 147 agrupaciones que tuvieron elecciones internas solo tres presentaron más de una lista. Es decir, el 98% de las listas de precandidatos fueron listas únicas.
Esta práctica pone en evidencia las falencias de las agrupaciones políticas y demuestra que, en lugar de organizaciones con una línea de pensamiento que va más allá de su fundador, lo que predomina en el país son grupos caudillistas donde una sola persona toma las decisiones y define a los candidatos.
¿Si el partido o movimiento político tiene un único candidato puede generar interés en los militantes para votar?, ¿si el porcentaje de militantes que vota es mínimo la agrupación optaría por cambiar al candidato o se mantendría aun con baja legitimidad? ¿Si el candidato no logra generar interés ni en los militantes de su agrupación no es signo de que no tiene el respaldo necesario para participar en la contienda general?
Estas dudas puntuales llevan a otras de mayor envergadura: ¿estos candidatos cuentan ya con un plan de acción? ¿Si varios de los candidatos no responden a agrupaciones con un mínimo de años de creación pueden asegurar que cuentan con los conocimientos y la experiencia suficiente para, de ser elegidos, cumplir sus funciones con eficiencia?, o los peruanos tendrán más de lo mismo.
Los legisladores deben recoger el aprendizaje que dejan estas elecciones internas y entender que no basta con dar una ley para que las cosas cambien o mejoren. Contar con agrupaciones políticas serias y que valoren la democracia desde sus cimientos requiere más que buena voluntad. Lamentablemente, para la ciudadanía, los llamados a realizar las reformas políticas son los mismos que deben aplicarla.