Inversiones. En el Congreso se discute la creación de una zona económica especial (ZEE) adyacente al puerto de Chancay. Y el debate se realiza en un grupo especial de legisladores denominado Comisión de Impulso y Seguimiento del Terminal Multipropósito de Chancay. Hay bancadas que no están de acuerdo con algunas de las iniciativas planteadas, como el hectareaje de la ZEE –o sea que siguen pensando que tendrá que estar delimitada y lotizada–.
No obstante, el principal tema de desacuerdo es la tasa del Impuesto a la Renta (IR) que se cobraría a las empresas que se instalen. Las propuestas varían, desde una tasa inicial de 0%, que luego iría incrementándose gradualmente hasta alcanzar 15% o más (la tasa máxima es 29.5%), o tasas iniciales de 5% o 15%. Esta última responde a un acuerdo de la OCDE, que fija ese mínimo a fin de nivelar el terreno para las inversiones, tanto locales como extranjeras.
Dado que el Perú aspira a convertirse en miembro de ese bloque de países de ingresos medios y altos –se encuentra en etapa de adecuación y evaluación–, toda iniciativa que contemple incentivos tributarios tendría que tomar en cuenta esa restricción. También hay opiniones distintas, como la de Mercedes Araoz, quien indica que dicho compromiso no es de carácter obligatorio y que al ser la recomendación OCDE dinámica, depende de la política fiscal de cada país su adaptación a la misma y sus límites.
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Asimismo, ha trascendido que los legisladores han omitido un criterio que gremios empresariales y analistas consideran fundamental: que las empresas que se instalen en la ZEE destinen su producción a la exportación, pues si producen para el mercado peruano, tendrían ventaja sobre las empresas que operan en el resto del país, lo cual pondría en riesgo sus operaciones y la generación de empleo formal.
Hay otros dos aspectos que merecen atención. Uno es la administración de la ZEE. Es crucial definir qué tipo de entidad se hará cargo, cómo serán designados sus principales funcionarios (el actual Gobierno ha mostrado su preferencia por las designaciones “a dedo”) y a qué ministerio estará adscrita. La otra inquietud tiene que ver con las condiciones de competitividad para los inversionistas, en específico, a la infraestructura que estará disponible en Chancay en el mediano plazo, como carreteras, vías de acceso, servicios públicos, etcétera.