Escribe: Omar Mariluz Laguna, director periodístico.
Es curioso cómo, en el Perú, la historia parece repetirse una y otra vez. Con la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC 2024) a punto de comenzar en nuestro país, surge de nuevo la sombra del proteccionismo y la posibilidad creciente de una nueva guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, ambas miembros de APEC: Estados Unidos y China.
El presidente electo Donald Trump ya ha dejado clara su intención de imponer aranceles de entre el 10% y el 20% para productos que ingresen a EE.UU., incluyendo exportaciones desde el Perú, y de hasta un 60% para productos chinos, e incluso un 200% para bienes específicos. Estos tambores de guerra comercial resuenan con fuerza en APEC.
Lo irónico es que estas medidas van en contra de los principios fundacionales de APEC, un foro que, desde su creación en 1989, promueve la liberalización del comercio y la cooperación económica entre sus 21 economías miembros del Asia-Pacífico. Este foro nació para impulsar el crecimiento a través de la apertura y el libre comercio, no para ver sus valores puestos en riesgo por políticas proteccionistas.
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Esta historia de confrontación ya la vimos en la última Cumbre APEC que se celebró en Perú en el 2016. En ese entonces, Trump acababa de ser electo presidente de Estados Unidos con una agenda de proteccionismo agresivo que cumplió al pie de la letra, imponiendo barreras comerciales, aranceles y, eventualmente, retirando a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), un pacto impulsado desde APEC que buscaba contrarrestar la influencia comercial de China.
El impacto de esa decisión fue claro: Trump no solo desató una guerra comercial con China, sino que obligó a México y Canadá a renegociar sus acuerdos comerciales, aplicando mayores aranceles a las importaciones y frenando el crecimiento del comercio global. Esa postura proteccionista marcó la Cumbre APEC 2016 con temores de menor crecimiento global y desconfianza entre economías que hasta entonces eran socios comerciales estratégicos de EE.UU.
A días de que comience APEC 2024 en Lima, esas preocupaciones vuelven a cobrar relevancia. Las preguntas son inevitables: ¿nos dirigimos hacia una nueva guerra comercial? ¿Qué consecuencias tendrán las políticas de Trump para el crecimiento global y cómo podría este nuevo cambio afectar las relaciones comerciales de Perú con Estados Unidos?
Estas inquietudes aún no tienen una respuesta definitiva, pero si algo nos enseña la historia es que, ante la repetición de patrones, hay motivos para preocuparse. El Perú, en medio de esta dinámica de tensiones, debe prepararse para afrontar los desafíos de un contexto en el que las decisiones de una potencia pueden tener repercusiones significativas en nuestra economía y en el comercio global.
Magíster en Economía, diplomado internacional en Comunicación, Periodismo y Sociedad, estudios en Gestión Empresarial e Innovación, y Gestión para la transformación. Cuento con más de 15 años de experiencia en el ejercicio del periodismo en medios tradicionales y digitales.
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