Juna José Marthans
Escribe: Juan José Marthans, economista – PAD de Universidad de Piura
Este año, nuestro PBI podría rebotar sobre el 3%, por encima de la media de la región. Esto se anunciará como un éxito. De seguro. Sin embargo, el reto real será sostener el crecimiento al 2026 en medio de un clima social, político y electoral delicados.
Imposible hablar de reactivación sin un claro despegue de la inversión privada y sin recomponer expectativas, seguridad e institucionalidad. La inversión privada ha estado prácticamente congelada el primer semestre y se espera un decrecimiento promedio anual de 0.5% para el quinquenio 2022-26. ¿Se discutirá este tema?
Son los precios internacionales de los commodities los que fundamentalmente vienen reacomodando al frente externo y evitando deterioros mayores en nuestro PBI. Esto se soslayará. De otro lado, la recuperación de la inversión pública será destacada como parte del rebote, a pesar de que aún está plagada de corrupción e ineficiencia. Esto se camuflará.
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Un discurso optimista contrastará con las expectativas aún modestas. De acuerdo con el BCR las órdenes de compra, demanda de personal, inventarios no deseados, ventas muestran congelamiento o pesimismo. La ejecutoria e impacto del megapuerto de Chancay, la reactivación de Chavimochic III, la promesa de la Carretera Central, el Anillo Vial de Lima y el tratamiento de la Cuenca del Titicaca dependerán del clima social, político e institucional. ¿Se abordará soluciones para ello?
Problemas cruciales como la institucionalidad, la carencia de gobernanza, la pésima calidad del sector público, posiblemente estarán ausentes del discurso. La lucha contra la inseguridad será mencionada y, como hasta hoy, no se hará nada. De la urgencia de replantear la Ley de Partidos y Electoral, mudos.
En tales circunstancias, lo único que podría dar inicio al cambio es, por ejemplo, el anuncio y la firma de un Pacto Nacional a favor de la Infraestructura e Inversión, que comprometa a todas las fuerzas vivas del país y que trascienda al Gobierno de turno. Sin propuestas ni soluciones en lo político, no habrá solución real y sostenible en lo económico.
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