Tomar alimentos ricos en cisteína (carne, pescado, pollo, mariscos y en menor medida huevos, cereales, legumbres, cebollas o brócoli) puede influir en la motivación personal, al reducir la oxidación en el cerebro, según concluye un estudio científico publicado hoy.
La investigación, organizada por la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) junto al Instituto de Ciencias Sanitarias de Nestlé, observó en pruebas a roedores en laboratorio mejores resultados si se les administraba con un suplemento, la N-acetilcisteína, que el cuerpo puede sintetizar a partir de los alimentos mencionados.
La N-acetilcisteína es a la vez un precursor de uno de los antioxidantes más importantes para las células del cerebro, una proteína llamada glutatión, según recuerda el estudio conducido por la Escuela de Ciencias de la Vida de la EPFL y dirigido por la profesora Carmen Sandi.
La investigación midió los niveles de oxidación de las células en el núcleo accumbens, una zona interior del cerebro que los científicos consideran relacionada con funciones de regulación que incluyen no solo la motivación sino también la aversión, el refuerzo y las recompensas mentales.
Las células cerebrales producen sustancias tóxicas durante sus procesos neurometabólicos que pueden contribuir a su oxidación, y aunque hay mecanismos de limpieza en ocasiones se puede producir un llamado “estrés oxidativo” por exceso de desechos, lo que según el estudio puede producir la tan temida desmotivación.
Además de las pruebas físicas en animales, los científicos también midieron en seres humanos los niveles de glutatión en el núcleo accumbens, lo que también les permitió relacionar la presencia de esta proteína con mejores resultados en determinadas tareas.
“En la vida, la motivación puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre tener objetivos o carecer de ellos, entre el bienestar y la infelicidad”, subrayó el estudio de EPFL.