Los países de la Unión Europea valoran permitir impuestos nacionales “equivalentes” al gravamen sobre las compañías petroleras y gasistas que ha puesto sobre la mesa la Comisión Europea, siempre que persigan los mismos objetivos y recauden “al menos” lo esperado con la iniciativa de Von der Leyen.
Así consta en un borrador planteado por República Checa como presidencia de turno de la UE, al que ha tenido acceso EFE, de cara a la reunión extraordinaria de ministros de Energía de la UE en la que buscarán acordar las medidas de emergencia planteadas la pasada semana por el Ejecutivo comunitario para hacer frente a la crisis energética y, en especial, al encarecimiento del gas.
El texto, todavía lejos de ser el definitivo, introduce algunos cambios con respecto al proyecto de Bruselas para crear una “contribución de solidaridad” sobre los beneficios extraordinarios de petroleras, gasistas y el sector de la refinería, que todos los países deberán introducir “salvo que hayan adoptado medidas nacionales equivalentes”, una precisión que no consta en la propuesta original.
El proyecto de reglamento de la Comisión Europea detallaba también que cualquier medida nacional con el mismo objetivo (reducir los beneficios extraordinarios de las empresas afectadas) debía “cumplir o complementar” la tasa de solidaridad europea.
El nuevo documento que estudian las capitales ya no incluye los verbos “cumplir” y “complementar” y, en cambio, apunta a que los impuestos nacionales, además de compartir objetivos “similares”, deben “estar sujetos a normas equivalentes” y “generar ingresos al menos iguales a los estimados por la contribución de solidaridad”.
Las precisiones que se hagan sobre el diseño de las medidas complementarias puestas en marcha por los gobiernos europeos afectan directamente a España, donde el Gobierno ha planteado también un mecanismo para reducir los ingresos de las energéticas, incluidas las compañías eléctricas en este caso (y no en el europeo).
No obstante, el impuesto español gravaría al 1.2% los ingresos de las empresas afectadas, mientras que la “contribución de solidaridad” europea sería un impuesto del 33% sobre los beneficios extraordinarios de petroleras y gasistas, definido como toda aquella ganancia un 20% superior a la media de los tres años anteriores.
En todo caso, el diseño definitivo de la nueva figura europea dependerá del acuerdo final que logren los Veintisiete y que los ministros de Energía intentarán alcanzar el viernes 30 de setiembre, por lo que la redacción sobre este punto todavía está sujeta a cambios.
Con respecto la reducción del consumo de electricidad, el borrador mantiene el objetivo de reducirlo un 10% de media y un 5% en las horas punta, siendo esta segunda meta obligatoria, aunque borra la referencia que indicaba que el ahorro debe ser mensual, como contemplaba la propuesta.
También mantiene las líneas principales de la iniciativa para reducir los ingresos de las fuentes renovables, la nuclear y el carbón estableciendo un precio máximo de 180 megavatios por hora (MWh) en el mercado mayorista de electricidad.