Ucrania ha impuesto su relato sobre la guerra que destruye el país, a veces a golpe de exageración o con datos que no se pueden verificar. Pero los países occidentales aseguran que la comunicación real con su aliado ucraniano es satisfactoria.
Desde la invasión rusa del 24 de febrero, los ucranianos difunden cifras sobre las pérdidas humanas y materiales en los dos bandos, que ningún analista toma realmente en serio.
Incluso con sus aliados, la transparencia no es total, pero nadie se queja.
“Está claro que los ucranianos controlan la información perfectamente”, afirma Mark Cancian, analista del centro de reflexión estadounidense CSIS. “No es algo inusual. Los aliados siempre manipulan a sus protectores”.
“Los ucranianos han sido muy fuertes --y lo siguen siendo-- en el campo de la información. Han ganado la batalla del relato en los países occidentales”, coincide una fuente militar francesa.
“Nos han sumergido de imágenes captadas muy cerca del terreno. Los rusos, sorprendentemente, se han mantenido del todo ausentes en este ámbito, pese a que esperábamos la máquina de su propaganda”, añade.
Cada día, el ministerio ucraniano de Defensa publica sus estimaciones sobre las pérdidas rusas. Unos 34,100 muertos, 1,496 tanques y 216 cazas en el último balance.
“Tendrían que tener vergüenza de publicar estas cifras”, de lo exageradas que son, estima Cancian.
“Lo visible, lo real”
Frente a estos datos, las estimaciones occidentales son muy inferiores: de 15,000 a 20,000 soldados rusos muertos. También en lo que concierne al material, que empresas privadas como Oryx evalúan a partir de lo que pueden probar visualmente.
El historiador militar y coronel retirado francés Michel Goya habla del “margen de error entre lo visible y lo real”.
“Material militar, sobre todo viejos (equipos) exsoviéticos, puede estar perdido sin haber sido alcanzado. Es muy posible para los cañones de artillería que no se han usado después de algunos miles de disparos”, afirma.
Los datos precisos son inexistentes y AFP no ha podido obtenerlos de fuentes independientes.
Estas informaciones son esenciales para que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos y la Unión Europea (UE) evalúen la situación en el frente y su ayuda a Ucrania.
“La prensa se ha visto un poco estafada por los informes ucranianos, pensados para dar un nuevo empujón a la entrega de armas” de la OTAN, asegura en Twitter Phillips O’Brien, profesor de estudios estratégicos en la universidad escocesa de Saint Andrews. “Lo que pasa en el terreno no corresponde a las declaraciones públicas”.
Pero hay una gran diferencia entre las declaraciones públicas y los intercambios entre los militares y los servicios de inteligencia. A este nivel, los países occidentales están tranquilos.
Fuentes estadounidenses contactadas por AFP afirman saber exactamente en qué situación se encuentran los ucranianos.
“No oí que los estadounidenses se quejaran de haber sido engañados, es una buena señal”, destaca Cancian.
“Hay reglas”
De hecho, la relación bilateral entre Estados Unidos y Ucrania parece sólida. Incluso si este invierno, Washington parecía a veces un poco solo cuando aseguraba que Moscú preparaba una guerra. El presidente ucraniano Volodimir “Zelenski no escuchaba lo que le decíamos. Sólo llamó a los reservistas cuando la guerra empezó”, explica Cancian.
El presidente estadounidense, Joe Biden, lo recordó hace poco, asegurando que en aquel momento sabía que “Putin iba a cruzar la frontera” pero que “Zelenski, como mucha otra gente, no quería oírlo”.
Luego, el mandatario ucraniano reclamó medidas --la exclusión aérea, tanques, cazas-- que fueron rechazadas. Ahora “pide cosas que estamos dispuestos a dar. La relación es mucho más estrecha”, incide Cancian.
Es evidente que “los ucranianos no lo dicen todo, pero no quiere decir que mientan”, considera un alto funcionario francés. En la realidad, las discusiones son “muy técnicas, muy precisas”. “Hay reglas”, asegura.