El anfitrión Qatar y la FIFA recibieron durísimas críticas desde su propio seno el jueves, un día antes del sorteo de la Copa Mundial.
En su propio territorio. En su propia casa. Y por una miembro de la familia del fútbol.
La presidenta del fútbol de Noruega — una de las pocas mujeres al mando de una de las federaciones miembro de la FIFA — subió al estrado en el Congreso del ente rector global y aireó sus reticencias en el mismo escenario del sorteo.
Lise Klaveness, una jueza y ex jugadora de la selección nacional, puso sobre el tapete el historial de Qatar sobre los derechos de los obreros migrantes que han trabajado en la construcción — a un costo miles de millones de dólares — de los proyectos de infraestructura del Mundial y la penalización de la homosexualidad.
Semejante momento de discrepancia y tensión es algo muy raro de ver en el Congreso que reúne a los 211 miembros.
Klaveness abordó temas que han incomodado a Qatar, así como la polémica decisión de la FIFA de otorgar la sede a un país de Medio Oriente con más de una década de anticipación. Se pronunció apenas tres semanas después de ser elegida en Noruega, con un mandato de cuestionar a los organizadores del Mundial.
“En el 2010, la FIFA otorgó la sede del Mundial con maneras inaceptables y teniendo consecuencias inaceptables”, dijo Klaveness, quien es gay, en su discurso de seis minutos. “No se debe tolerar empleadores que no garantizan la libertad y seguridad de los obreros del Mundial. No se debe tolerar a anfitriones incapaces de garantizar por ley la seguridad y respeto de la comunidad LGBTQ+ en este teatro de sueños”.
La FIFA procuró durante la semana en Doha evitar que el discurso de la noruega entrase en la agenda principal del Congreso, y seguido permitió que un dirigente de Latinoamérica y el presidente del comité de Qatar salieran a rebatirle.
“No es el foro ni el momento”, dijo el secretario general de la federación hondureña José Ernesto Mejía.
Pero Klaveness recibió algunos aplausos cuando tuvo que caminar en medio de una sala repleta mayormente por hombres para volver al espacio de la delegación de Noruega.
Hassan Al-Thawadi, a cargo de la candidatura de Qatar hace 12 años y jefe del comité organizador, le respondió.
“Usted no intentó contactarnos y no intentó abrir un dialogo antes de dirigirse al Congreso hoy”, dijo al afirmar que Qatar tiene las puertas abiertas para que “la gente se eduque antes de emitir algún juicio”.
Qatar y la FIFA insisten que llevar el Mundial al país, y a Medio Oriente por primera vez, acelerará cambios positivos en la leyes y sociedad de la nación.
Acto seguido, el presidente de la FIFA Gianni Infantino defendió a Qatar. Infantino cambió de residencia el año pasado, saliendo de Suiza para vivir principalmente en Doha.
“El trabajo que se ha hecho es ejemplar. Desde luego, no todo es perfecto. Pero se han logrado progresos”, dijo Infantino.
La guerra en Ucrania entró en escena posteriormente, con un videomensaje de tres minutos del presidente de la federación del país, Andriy Pavelko.
Pavelko llevaba un chaleco a prueba de balas al hablar desde Kiev y habló sobre “resistir la agresión militar” de Rusia. Detrás suyo se veía a gente que apilaba bolsas de arenas de varios metros de altura para proteger un monumento.
La delegación rusa presente en la sala incluyó a Alexey Sorokin, un ex miembro del Consejo de la FIFA que estuvo a cargo de la organización del Mundial del 2018 en su país.
“Me ha tocado trabajar con él durante mucho tiempo y lamentamos que tenga esas emociones. Es difícil para ellos, lo entendemos, pero no estoy acá para hablar de política o de actividades militare”, dijo Sorokin sobre el video de Pavelkos.
Aunque la FIFA vetó a los equipos rusos, incluyendo a la selección masculina en las eliminatorias del Mundial, la federación rusa no ha sido suspendida.
Infantino cerró el Congreso de tres horas confirmando que buscará la reelección como presidente de la FIFA el año próximo. No se anticipa que enfrente a un opositor en un Congreso que se realizaría en julio del 2023 en Australia o Nueva Zelanda previo al Mundial femenino en esos países.
Infantino recordó a las federaciones miembro que cada una recibirá US$ 8 millones en fondos de la FIFA durante los próximos cuatro años, un importante incremento desde que fue elegido presidente en el 2016.
“El dinero debe ir a nuestros niños en todo el mundo, donde más se necesita”, dijo en alusión a proyectos de desarrollo futbolístico.
FIFA calcula que rebasará los US$ 7,000 millones en ingresos durante el ciclo comercial de cuatro años que culminará con el Mundial de Qatar. Eso representa un aumento de 10% con respecto a los US$ 6,400 millones que se generaron por el Mundial de Rusia.
El Mundial del 2026 que se jugará en Estados Unidos, Canadá y México se perfila para romper récords de concurrencia y disparar los ingresos de la FIFA. Será el primer Mundial con 48 selecciones y 80 partidos, en vez de los actuales 64, y se usarán varios estadios de la NFL.