El candidato colombiano de derecha Federico Gutiérrez abogó este martes por la seguridad de su principal rival, el izquierdista Gustavo Petro, favorito para las presidenciales de mayo y quien denunció un plan para matarlo durante su gira electoral.
Le pido “a todas las autoridades que investiguen y que preserven la seguridad del candidato (Petro), de su familia y se sus seguidores”, dijo Gutiérrez a los medios en Bogotá.
Petro, el líder de izquierda que domina la intención de voto de cara a la elección del 29 de mayo, tenía previsto visitar el centro-oeste del país, pero el lunes suspendió sus actividades en la región cafetera por sospechas de un complot para asesinarlo.
Según su equipo de campaña, el esquema de seguridad del candidato “recibió información de primera mano” según la cual la organización paramilitar La Cordillera estaría planeando matarlo entre el martes y miércoles durante su paso por esa zona.
El gobierno y la policía reaccionaron a la denuncia señalando que no tenían información de inteligencia sobre el supuesto plan contra Petro, al tiempo que la fiscalía anunció una investigación para esclarecer las sospechas.
Si bien abogó por la seguridad del senador y exguerrillero, Gutiérrez también denunció los ataques en redes sociales de la campaña opositora y de círculos de propaganda del ELN, la última guerrilla reconocida de Colombia.
“Pedimos al Estado colombiano que garantice la seguridad absoluta para que se pueda realizar la campaña”, comentó el aspirante de 47 años.
Ningún presidenciable “esta exento hoy de radicalismos y de grupos armados”, agregó.
Conocido como “Fico”, Gutiérrez aspira a la presidencia por una coalición de derecha y partidos tradicionales para suceder al mandatario Iván Duque, quien por ley no podrá buscar la reelección.
Según las encuestas, Petro (62) vencería en la primera vuelta, aunque sin el apoyo suficiente para evitar el balotaje ante Gutiérrez el 19 de junio.
El exalcalde de Medellín (2016-2019), acusó a los partidarios de Petro, un exguerrillero que combatió al Estado con las armas antes de firmar la paz, de ejercer una “política de la muerte” con constantes ataques hacia su campaña.