Argentina presentó este viernes a sus acreedores una oferta de reestructuración de deuda, con fuertes quitas de intereses y capital, además de tres años de gracia, para enfrentar sus compromisos “sin postergar las necesidades” del país, acrecentadas por la pandemia del Covid-19.
El presidente Alberto Fernández ratificó la intención de pagar de Argentina, pero reconoció que el país se encuentra “en una suerte de virtual default”.
La tercera economía de América Latina está en recesión desde hace dos años. La inflación en el 2019 llegó a 53.8% y la pobreza supera 35%. Las proyecciones del FMI son de una fuerte contracción este año: 5.7% del PBI, debido al impacto del nuevo coronavirus.
¿A cuánto asciende la deuda?
Argentina cerró el 2019 con una deuda total de US$ 324,000 millones (equivalente a casi 90% de su Producto Bruto Interno), según cifras del Ministerio de Economía.
De ese monto, busca refinanciar US$ 66,238 millones de acreencias en bonos y títulos emitidos bajo jurisdicción internacional, es decir, susceptibles de ir a arbitraje en tribunales extranjeros.
En total, la deuda con bonistas privados asciende a US$ 121,979 millones (35.9% del PBI), y con los organismos bilaterales y multilaterales, a US$ 72,679 millones (21.4% el PBI).
El resto es deuda intra sector público, US$ 116,592 millones (34,3% del PIB), del Banco Central, Banco Nación y la agencia de jubilaciones, que refinancia sus vencimientos y no cae en cesación de pagos, explicó la economista Marina Dal Pogetto, de la firma EcoGo.
Además, hay US$ 2,406 millones (0.7% del PBI) de deuda pendiente de reestructuración.
¿Cómo será la negociación?
El ministro de Economía, Martín Guzmán, presentará formalmente este viernes por videoconferencia la propuesta de Argentina y espera una reacción dura. "Habrá gente jugando muy fuerte, hay muchos intereses en juego", dijo.
Para Nery Persichini, jefe de estrategia de la firma GMA Capital, el efecto sobre la economía argentina de la pandemia del nuevo coronavirus y del confinamiento vigente desde el 20 de marzo, que detuvo casi totalmente la actividad productiva, “es inevitable e innegable”.
"Pero la estrategia de canje no cambió en el tono. El gobierno siempre usó una estrategia dura. Tiene a su favor ahora que los organismos multilaterales han hecho llamados a apoyar a los países más pobres o vulnerables", dijo Persichini.
Según el analista, "el FMI habría avalado esta propuesta” del gobierno argentino.
El Fondo tiene una "gran esperanza" de que Argentina logre reestructurar su deuda de manera "exitosa" y retomar así una senda de crecimiento, afirmó el jueves el director para las Américas del organismo, Alejandro Werner.
La oferta anunciada el jueves, que alcanza a los acreedores privados con deuda emitida bajo jurisdicción extranjera, implica una rebaja en intereses de US$ 37,900 millones (62%) y en capital de US$ 3,600 millones (5.4%), con tres años de gracia -sin pagos- hasta el 2023, de acuerdo al ministro Guzmán.
La respuesta de los acreedores, sin embargo, es incierta. "La sensación es que no van a aceptar la primera propuesta, pues los bonos tienen cláusulas que los podrían favorecer en los tribunales internacionales en caso de que se llegue a una cesación de pagos", apuntó Persichini.
Y el tiempo apremia. El 22 de abril Argentina debería pagar US$ 500 millones por concepto de intereses, un plazo que se puede extender hasta el 22 de mayo como máximo.
¿Cuánto creció la deuda?
En el 2015, cuando asumió el gobierno el liberal Mauricio Macri, la deuda pública argentina era de US$ 240,665 millones (52.6% del PBI). Actualmente es de cerca del 90%, en un contexto de contracción económica y mayor endeudamiento.
Las inversiones extranjeras no llegaron en los montos ansiados. El endeudamiento comenzó a subir. Y la implementación en abril del 2018 de un impuesto que gravó las ganancias sobre colocaciones en deuda argentina expulsó capitales del país, provocó una corrida hacia el dólar y una disparada de la inflación que empujó a Argentina a pedir un auxilio al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI concedió un préstamo por US$ 57,000 millones, de los cuales el país ha recibido US$ 44,000 millones. Tras asumir el 10 de diciembre pasado, Fernández rechazó los tramos pendientes para evitar un mayor endeudamiento.
Ahora trabaja en un nuevo programa con el FMI que implique que el país no tenga que hacer ningún desembolso de pago de capital en los próximos tres años, anunció el ministro de Economía.
¿Demasiada deuda?
Hace diez días, el gobierno de Fernández decidió la postergación hasta el 2021 del pago de bonos emitidos por Argentina bajo legislación local, lo que implica liberarse de la cancelación este año de unos US$ 9,800 millones.
Hasta la aparición de la pandemia del Covid-19, analistas consideraban manejable el nivel de endeudamiento de Argentina, aunque reconocían que su problema principal era de acceso a los mercados, reticentes a este país que en el 2001 declaró un default por más de US$ 100,000 millones, en aquel momento el mayor de la Historia.
“Ningún país puede pagar su deuda con flujo de caja, todos refinancian. El problema de Argentina es el prontuario”, había dicho Dal Poggetto.