Las pandemias como la del COVID, los cambios climáticos y los ataques cibernéticos son las nuevas amenazas a la seguridad internacional, que impiden afirmar que el mundo vive en paz, coincidieron este jueves ministros y militares de la Unión Europea y de Latinoamérica en una conferencia virtual.
Para los participantes en la decimoctava edición de la Conferencia de Seguridad Internacional del Fuerte de Copacabana, entre los cuales figuran los ministros de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer, y de Uruguay, Javier García Duchini, “la actual ausencia de guerras no significa paz”.
Los participantes en este foro organizado anualmente por Brasil y la Unión Europea (UE) en el Fuerte de Copacabana de Río de Janeiro coincidieron en que, pese a que ya no son conflictos militares, las nuevas amenazas a la seguridad mundial exigen nuevas estrategias de combate, la principal de las cuales es la cooperación internacional.
“La paz se ve amenazada hoy por muchas más armas que las convencionales. Los cañones como los del Fuerte de Copacabana ya no son suficientes para garantizar la seguridad”, afirmó la ministra de Defensa de Alemania.
Para Kramp-Karrenbauer, la pandemia del COVID fue la mayor amenaza a la seguridad mundial en los dos últimos años y dejó claro que no son necesarias armas para poner en jaque a la humanidad.
La ministra agregó que los cambios climáticos también amenazan la seguridad por generar inundaciones, deslizamientos e incendios que no sólo desalojan a las personas de sus viviendas en Alemania sino que destruyen selvas en países como Bolivia, Perú y Brasil.
Para la ministra alemana, la tercera mayor amenaza a la seguridad mundial actual tiene lugar en el ciberespacio, con las redes sociales como un arma para diseminar mentiras y desarrollos tecnológicos que impiden identificar a los responsables, “lo que dificulta un contraataque”.
“Estos son tres claros ejemplos de que no es necesaria una guerra para amenazar la seguridad, sin tener en cuenta otros desafíos como el terrorismo, la corrupción, los extremismos, la esclavitud moderna, el narcotráfico y el crimen organizado”, dijo.
El ministro de Defensa de Uruguay destacó que, pese a ser considerada como una zona de paz por la falta de conflictos y no haber sufrido modificaciones en sus fronteras hace más de 100 años, América Latina no está libre de amenazas, como el narcotráfico, los cambios climáticos y el mal uso de las nuevas tecnologías, que exigen una coordinación regional para combatirlas.
“Uno de los motivos para el fin de las guerras es que los recursos naturales dejaron se ser los principales activos y ya no es necesario ocupar territorios para extraer riquezas. Los principales activos ahora son las nuevas tecnologías, que no se pueden adquirir a la fuerza”, dijo.
“La actual situación de paz internacional no supone el fin de las amenazas. El uso de fuerzas armadas dejó de ser exclusivo de los Estados y ahora hay ejército al servicio de intereses específicos, como el crimen organizado o un grupo religioso”, dijo.
El secretario general del Servicio Europeo para la Acción Externa, Stefano Sannino, dijo que los cambios climáticos no sólo amenazan la economía sino también la seguridad interna al generar inseguridad alimenticia y agravar los desplazamientos migratorios.
Para el contraalmirante Guilherme Mattos de Abreu, director del Centro de Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa de Brasil, la paz no es exclusivamente la ausencia de guerras sino la ausencia de violencias físicas y estructurales, y en ese sentido no se puede decir que América Latina es una zona de paz.
Agregó que la región también es rica en recursos naturales, lo que la hace blanco de la codicia de otros países y hasta posible escenario de conflictos no necesariamente militares pero sí de ataques disimulados a sus infraestructuras y redes informáticas.