La Organización de las Naciones Unidas (ONU) bajó un punto sus previsiones de crecimiento económico mundial para el 2022, de 3.6%, calculado hace seis meses, a 2.6%, debido al grave impacto de la invasión de Rusia a Ucrania, que ya está pasando factura con los altos precios en los mercados energético y alimentario.
De cumplirse, las nuevas previsiones significarían que la economía global crecería menos de la mitad que en el 2021, cuando el Producto Bruto Interno (PBI) global subió 5.5% después de la caída de 3.5% que sufrió en el 2020 a causa de la pandemia del COVID-19.
“Los efectos económicos de la guerra en Ucrania agravarán la ralentización de la economía mundial y debilitarán la recuperación que se esperaba en la postpandemia”, alertó la secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), Rebeca Grynspan, al presentar el informe.
Profunda recesión para Rusia, bajo crecimiento para Europa
El país peor parado por la crisis de precios derivada de la guerra será, según las previsiones, el causante de ésta: Rusia, cuyo PBI según Unctad se desplomará 7.3% en el 2022, siendo la única de las grandes economías que podría entrar en recesión este año.
Por extensión, el continente europeo será de acuerdo con el informe el que menos crezca este año (un 0.9%), mientras que América lo hará un 2.4%, Asia un 3.8%, África un 1.8% y Oceanía un 3% (este último es el único que ha visto sus cifras revisadas al alza).
Unctad también redujo sus previsiones de crecimiento de la mayor parte de las grandes economías, caso de la Unión Europea (UE), que según el informe aumentará su PBI un 1.6% (1.7 puntos menos que lo calculado hace seis meses).
Estados Unidos crecerá un 2.4%, seis décimas menos de lo antes previsto, China un 4.8% (nueve décimas menos), Japón un 2% (una décima menos) y la India un 4.6% (2.1 puntos menos), siempre según el estudio de Unctad.
Menos impacto en EE.UU., más para Alemania
El informe analiza que Estados Unidos “está relativamente aislado de las actuales sacudidas, pero sufrirá presiones por el aumento de los precios de alimentos y combustibles”, algo aún más agudizado en la UE y especialmente en economías como Alemania, altamente dependiente en la importación de gas natural ruso.
China en cambio se verá impactada especialmente por el alza de precios de los cereales de los que es importadora neta, agravando la situación de una economía ya afectada por los problemas en las cadenas de suministro global que trajo la pandemia y por la actual ola de contagios de COVID en Asia Oriental.
El experto de Unctad Richard Kozul-Wright indicó que la mejora o empeoramiento de todas estas perspectivas dependerá de la duración del conflicto ucraniano y de las consecuentes sanciones a Rusia por su invasión del país vecino.
Podrían beneficiarse
En cambio, el informe ha revisado al alza sus previsiones para algunos grandes exportadores de materias primas ante el alza de precios de productos básicos, caso de Argentina (4.6%, 1.7 puntos más), Arabia Saudita (4.8%, 1.5 puntos más), Canadá 3%, una décima más) o Australia (3.3%, medio punto más).
Kozul-Wright afirmó que muchos comienzan a comparar la actual coyuntura económica global con la crisis del petróleo de 1973, aunque destacó que por ahora no hay una espiral de subidas de precios y salarios como la de entonces.
Un factor que podría complicar la actual situación, diferente de la crisis de hace medio siglo, es “el hecho de que muchos países han acumulado grandes cantidades de deuda externa desde hace 30 años”, algo que se acentuó durante la pandemia, advirtió el experto.
FMI y BM deben intervenir, dice Grynspan
Grynspan subrayó que la actual coyuntura negativa exige que en las próximas reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) “se adopten con rapidez instrumentos de apoyo a los países en desarrollo similares a los puestos en práctica para asistir a Ucrania”.
Ello es especialmente urgente para los más de un centenar de países que son importadores netos de alimentos, muchos de ellos naciones en desarrollo, advirtió la máxima responsable de Unctad, quien citó que Egipto, Sri Lanka o Pakistán ya han pedido ayuda para hacer frente a la fuerte subida de precios.
Unctad muestra en el informe además su preocupación por “la combinación de un debilitamiento de la demanda mundial con la insuficiente coordinación de las políticas a nivel internacional y los elevados niveles de deuda derivados de la pandemia”.
Unos factores que “podrían generar ondas de choque financieras que pueden empujar a países en desarrollo a una espiral de insolvencia, recesión y detención del desarrollo”, indica el informe, que calcula que estas naciones necesitarán US$ 310,000 millones para cubrir el pago de la deuda pública externa en el 2022.