El mundo debe prepararse para un aumento en la cifra de desplazados, ya que millones de personas podrían verse expulsadas de sus hogares por el impacto del cambio climático, dijo el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.
En la cumbre del Foro Económico Mundial, Filippo Grandi sostuvo que la resolución de la ONU de esta semana implica que quienes huyen de sus hogares como resultado del cambio climático deben ser tratados por los países receptores como refugiados.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU emitió una histórica decisión el lunes en relación con Ioane Teitiota, de la isla de Kiribati, quien presentó un litigio contra Nueva Zelanda después que las autoridades negaron su solicitud de asilo.
“El dictamen dice que si hay una amenaza inmediata a la vida debido al cambio climático, debido a la emergencia climática, y si alguien cruza la frontera y se va a otro país, no debería ser enviado de regreso porque estaría en riesgo de vida, como en una guerra o en una situación de persecución”, dijo Grandi.
"Debemos estar preparados para una gran oleada de personas que se mueven contra su voluntad", señaló. "No me aventuraría a hablar sobre números específicos, es demasiado especulativo, pero ciertamente estamos hablando de millones de personas".
Entre las causas destacan incendios forestales como los que se observan en Australia, el aumento del nivel del mar que afecta a las islas bajas, la destrucción de cultivos y ganado en el África subsahariana y las inundaciones en todo el mundo, incluso en partes del mundo desarrollado.
Mientras que durante la mayor parte de sus 70 años, la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, ha trabajado para ayudar a quienes huyen de los países pobres por conflictos, el cambio climático es más indiscriminado, lo que significa que los países ricos pueden convertirse en una fuente creciente de refugiados.
"Es una prueba más de que los movimientos de refugiados y el tema de la migración es un desafío global que no puede limitarse a unos pocos países", dijo Grandi.
Acnur, cuyo presupuesto aumentó desde US$ 1,000 millones al año a principios de la década de 1990 a US$ 8,600 millones en el 2019 debido a que los conflictos en Irak, Afganistán y Siria han obligado a los civiles a huir, ahora ayuda a más de 70 millones de personas desplazadas en todo el mundo.