El OIEA y la FAO han enviado este lunes semillas a la Estación Espacial Internacional para someterlas a condiciones extraordinarias con la esperanza de lograr variaciones más aptas “a los estragos” provocados por el cambio climático.
En un comunicado, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) precisan que para este proyecto conjunto se han escogido granos de berro y de varios cereales (arabidopsis y sogro).
Se trata de verificar cómo las semillas reaccionan a tres meses de exposición a la radiación y las bajas temperaturas espaciales.
Tras ese periodo, volverán a la Tierra, donde un grupo de científicos de ambas agencias de la ONU las examinarán “para comprender mejor las mutaciones de las plantas inducidas en el espacio” e “identificar nuevas variedades” que se adapten al cambio climático.
Este ensayo se lleva a cabo justo en el momento en el que los líderes mundiales se reúnen en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP 27) en Egipto, para debatir el impacto de la crisis climática sobre la producción de alimentos.
“Millones de pequeños productores de alimentos necesitan urgentemente semillas resistentes y de alta calidad adaptadas a unas condiciones de cultivo cada vez más difíciles”, destacó el director general de la FAO, Qu Dongyu, en la nota.
“Tengo la esperanza de que este experimento produzca avances: resultados que compartamos libremente con los científicos y nuevos cultivos que ayuden a los agricultores a adaptarse al cambio climático e impulsar el suministro de alimentos”, indicó por su parte Rafael Grossi, director general del OIEA.
El proyecto resume más de cinco décadas de cooperación entre la FAO y el OIEA “en la aceleración de la reproducción de las plantas con la ayuda de la radiación para desarrollar nuevas variedades de cultivos agrícolas”, añade el comunicado.
Hasta ahora, los científicos de estas organizaciones internacionales han conseguido mutar artificialmente 3,400 variedades de 210 especies de plantas diferentes, que se han comercializado en 70 países.
En este nuevo experimento, realizarán por primera vez análisis genómicos y biológicos de semillas expuestas a la radiación espacial, “unas condiciones que no pueden reproducirse en un laboratorio en la Tierra”.
Según el Informe Especial sobre el Cambio Climático y la Tierra del IPCC, un organismo dependiente de la ONU que se encarga de proveer al mundo con evidencia científica sobre la crisis climática, “la estabilidad del suministro mundial de alimentos disminuirá en el futuro, afectando gravemente a los más vulnerables”.
“La ciencia innovadora, como el cultivo espacial de variedades mejoradas, puede ayudar a allanar el camino hacia un futuro más brillante, de mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y mejor vida”, comentó Dongyu.
La esperanza es que las nuevas variedades de cultivos espaciales puedan ayudar tanto a los agricultores como a los responsables políticos, que deben buscar la forma de adaptación a las adversidades climáticas para mantener la producción y la calidad de los alimentos.