Cientos de miles de personas en las cuatro naciones que conforman el Reino Unido -Inglaterra, Irlanda del Norte, Escocia y Gales- se unieron el lunes en el dolor para despedir a la reina Isabel II, su monarca más longeva.
El funeral de Estado oficiado en la Abadía de Westminster, en Londres, y la posterior procesión por el centro de la capital británica fueron retransmitidos en directo a 125 cines de todo el país y a millones de hogares por televisión.
Los británicos se reunieron en sus casas, en los centros comunitarios y en los ‘pubs’, aprovechando que el día fue declarado festivo.
“Una solidez absoluta”
El servicio religioso fue retransmitido en pantallas gigantes de edificios públicos como el ayuntamiento de Belfast y en lugares emblemáticos como el Hollyrood Park de Edimburgo y Hyde Park en Londres.
Isabel II “era de una solidez absoluta”, afirmaba Simon Freedman, conductor de autobús, en Belfast, una semana después de que Carlos III hiciera su primera visita como nuevo rey a la capital de Irlanda del Norte.
Y recordaba que la difunta reina se había reunido con todos los partidos políticos de esta convulsa región y no sólo con los unionistas leales a la corona.
“Estaba disponible para cualquiera y para todos”, añadió Freedman.
En Escocia, miles de personas se reunieron frente al Palacio de Holyroodhouse, primer lugar adonde se trasladó su féretro a principios de esta semana tras su muerte el 8 de septiembre en su castillo escocés de Balmoral.
Y en la cubierta del “Royal Yacht Britannia”, atracado frente a la capital escocesa, el gaitero Steven Dewar interpretó una tonada de duelo.
Siete catedrales de Inglaterra, incluidas las célebres de Ely, Lichfield Liverpool, Manchester y St Albans, también proyectaron la ceremonia, que pudo verse asimismo en cines y otros lugares de Gales, incluido un ‘pub’ donde Carlos se había servido una cerveza durante una visita en julio cuando aún era el príncipe heredero.
“Una conmoción enorme”
Pese a ser feriado, “queríamos abrir porque este es un lugar donde la gente se reúne no sólo en los buenos momentos, sino también cuando necesitamos unirnos como comunidad”, explicó su propietario, Adrian Emmett.
“Todos sabíamos que este día llegaría, pero aun así fue una conmoción enorme cuando ocurrió”, aseguraba.
Al funeral en Londres asistieron responsables regionales como el primer ministro de Gales, Mark Drakeford, y la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon.
La líder escocesa, que encabeza una ofensiva a favor de la independencia, se deshizo en elogios hacia la difunta reina.
“Ella fue la gran constante”, dijo Sturgeon, calificando de “gran honor” representar a Escocia en sus exequias.
Miles de personas se agolparon en el centro de Londres para vivir la histórica ocasión y estallaron en aplausos cuando el féretro desfiló por las calles en procesión.
“Aprecio lo que la reina ha hecho por la Commonwealth y por el país”, dijo a AFP Neale Farr, de 56 años, originario del sureste de Inglaterra, cerca del Palacio de Buckingham.
“Siempre hizo lo correcto, siempre lo dio todo, hasta sus últimos días”, subrayó.
En Belfast, la profesora Anna-Marie Pawson consideraba que la muerte de Isabel II había ayudado a unir al país por encima de las divisiones.
“No hay nada que vaya a unir a la gente como esto”, dijo. “A nivel mundial, estés donde estés, esto realmente ha unido a diferentes comunidades”.
Sin embargo, desde el fallecimiento de la reina se alzaron voces que defiende la independencia en Escocia, Irlanda del Norte y Gales. Y algunos países de la Commonwealth, que tenían a Isabel II como monarca, expresaron su intención de avanzar en sus proyectos de convertirse en repúblicas.