¿La variante ómicron abre una nueva página en la crisis del coronavirus? Es pronto para saberlo, afirman los científicos, después de días de especulaciones sobre los riesgos reales de esta mutación del virus del COVID-19 que inquieta al mundo.
“Espero que podamos abordar ómicron con empirismo, prudencia y humildad en lugar de con especulaciones como las de los últimos días”, pidió en Twitter el infectólogo canadiense Isaac Bogoch.
¿Qué se sabe a ciencia cierta por ahora? Esta variante presenta un impresionante número de mutaciones que se concentran en una parte, la proteína “spike”, que es la llave de entrada del virus en el organismo.
Estas características explican el temor, por ahora teórico, de que esta variante sea más contagiosa y resista con más fuerza a las vacunas que las anteriores.
Representa un “riesgo muy alto” para el mundo, en palabras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Varios países como Israel y Japón, ya cerraron por ahora sus fronteras.
Pero la OMS subraya también todo lo que ignoramos aún sobre la virulencia y transmisibilidad de ómicron, tras una lluvia de informaciones contradictorias.
El domingo, una médica sudafricana explicó que los pacientes afectados por esta variante presentaban “síntomas leves”, lo que hizo suponer a algunos analistas que esta variante era más contagiosa pero menos peligrosa.
“Realmente es demasiado pronto para decirlo”, lamentó este lunes el infectólogo francés Yazdan Yazdanpanah.
“En lo referente a la gravedad, tenemos por ahora muy pocos elementos”, insistió, subrayando que era imposible sacar conclusiones a partir de un testimonio aislado.
Otros datos, sin embargo, sí causan preocupación. Por ejemplo, el aumento del número de casos en Sudáfrica, que podría alcanzar los 10,000 nuevos contagios por día al final de esta semana, según el epidemiólogo sudafricano Salim Abdool Karim.
¿Esto indica que ómicron es especialmente contagiosa? En este aspecto también es prematuro aventurarse, según los expertos, que indican que hay otros elementos locales que pueden haber influido en estas cifras.
La estrategia que no cambia
Por ejemplo, la vacunación en Sudáfrica avanza lentamente y menos de un cuarto de la población está vacunada, lo que torna a los habitantes más vulnerables.
Pero es importante señalar que la variante delta, muy extendida en Europa, está poco presente en esta región, lo que multiplica las preguntas sobre la virulencia de ómicron en el sur de África.
“Las circunstancias de la emergencia y de la circulación de la variante ómicron en Sudáfrica no son las mismas que en Europa”, dijo el epidemiólogo francés Arnaud Fontanet.
En cuanto a la resistencia de las vacunas, habrá que esperar dos o tres semanas para tener los primeros elementos sobre la capacidad del organismo humano para generar anticuerpos frente a esta variante. Y harán falta meses para disponer de una idea de la eficacia real de las vacunas frente a los casos de coronavirus provocados por la variante ómicron.
Por ahora los investigadores insisten en un punto: la estrategia de lucha contra las variantes actuales, sobre todo delta, sigue siendo en principio la buena, incluso tras la aparición de ómicron.
En otras palabras, hay que seguir vacunando a tanta gente como sea posible, sobre todo a adultos, y respetando ciertas restricciones, como la distancia social y el uso de la mascarilla.
El lunes, el instituto francés Pasteur publicó nuevas previsiones que aún no tienen en cuenta ómicron, pero que estiman que el respeto de estas normas básicas puede reducir considerablemente la ola de hospitalizaciones en el punto culminante de esta ola, previsto a principios del 2022.
“No hay que hacer un gran esfuerzo sino estar más atento y por ejemplo teletrabajar un poco más. Puede marcar la diferencia”, dijo Simon Cauchemez, uno de los autores de estas previsiones.