El laboratorio Moderna comenzará en enero a trabajar en una adaptación de su vacuna a la variante ómicron, aunque en el caso de que los resultados sean positivos habría que esperar varios meses para que esté disponible.
El vicepresidente de Moderna, Dan Staner, explicó este martes en una entrevista a la emisora francesa RTL que “los estudios clínicos se lanzarán a comienzos del año próximo”, una vez que terminen las vacaciones de fin de año.
Staner señaló que han tomado la decisión de trabajar en “una vacuna específica”, aunque reconoció que “harán falta varios meses” hasta que se pueda administrar, teniendo en cuenta que habrá que realizar test para verificar su eficacia y poner en marcha el proceso de fabricación.
Frente a la irrupción ya de la oleada causada por ómicron, el “número dos” de la farmacéutica estadounidense recordó que ayer presentaron los resultados del test de su vacuna actual contra ómicron.
Precisó que la dosis de refuerzo, de 50 microgramos -la mitad de la cantidad utilizada en cada una de las dos primeras inyecciones-, incrementa 37 veces los anticuerpos neutralizantes ante ómicron. En caso de que se administraran 100 microgramos, los anticuerpos suben 83 veces.
Staner señaló que a partir de esas cifras, serán las autoridades sanitarias las que evaluarán si merece la pena inyectar dosis de refuerzo de 100 microgramos, por lo menos a las personas que presentan un riesgo mayor ante el coronavirus.
A finales de noviembre, el gigante Pfizer dijo que iba a empezar a trabajar en una nueva versión de su vacuna contra ómicron, ante la posibilidad de que las vacunas actuales evidenciaran una menor protección contra la nueva variante.