El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que aumentará el presupuesto destinado a programas sociales y proyectos prioritarios en unos US$ 25,620 millones para enfrentar la crisis derivada del coronavirus, pero analistas calificaron el anuncio como muy tardío e insuficiente.
El estímulo llega un día después de que el banco central de México (Banxico) dictó medidas adicionales de apoyo por el equivalente a US$ 31,000 millones para proveer liquidez al sistema financiero local ante la contingencia del coronavirus, un brote que ha infectado a más de 2.5 millones de personas alrededor del mundo.
López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO, presentó un decreto que entrará en vigor en las próximas horas y que busca apretar el cinturón del gobierno federal al reducir al mínimo sus actividades, a excepción de la energética, salud, seguridad, programas de ayuda social y la construcción de sus obras insignia, como un aeropuerto y una refinería, entre otras.
“La eficiencia, la honestidad y la austeridad nos permitirán aumentar el presupuesto para fortalecer el blindaje de los programas sociales y de los proyectos prioritarios en 622,556 millones de pesos”, dijo AMLO en su habitual rueda de prensa diaria.
El presupuesto para el presente ejercicio es de seis billones de pesos y contempla incrementos para la estatal Pemex, la empresa petrolera más endeudada del mundo.
A pesar de que los analistas vieron el anuncio como una buena señal, algunos como Nikhil Sanghani, de Capital Economics, lo calificaron como tardío e insuficiente.
“El anuncio del presidente López Obrador es una buena señal de que finalmente puede estar abandonando su postura frugal. Sin embargo, este paquete de estímulo vale alrededor del 3% del PBI, que es mucho más pequeño que el apoyo en otros países emergentes”, dijo Sanghani.
“Tememos que esto haya llegado demasiado tarde. Por eso, todavía esperamos una caída del 8% en el PBI de México este año, y solo una recuperación gradual después del shock del coronavirus”, agregó.
Austeridad rigurosa
AMLO ha enfrentado duras críticas por su reticencia a apoyar a las grandes empresas con medidas más agresivas, en medio de la crisis desatada por la epidemia. El sector privado y analistas advierten que sin el apoyo gubernamental, la economía mexicana, la segunda más grande de Latinoamérica, corre el riesgo de una profunda recesión.
Como parte del decreto, el mandatario agregó que se otorgarán 3 millones de créditos dirigidos a la población más necesitada y a la clase media, y se crearán 2 millones de nuevos empleos.
“Lo cual hará posible proteger al 70% de las familias mexicanas, equivalente a 25 millones de hogares, sobre todo, a los pobres y a los integrantes de las clases medias”, detalló, prometiendo no aumentar los precios de los combustibles, subir impuestos o crear nuevos.
Además, AMLO detalló que no se ejercerá el 75% del presupuesto disponible de las partidas de servicios generales y materiales y suministros, y que no será despedido ningún trabajador público, pero que tampoco habrá incremento de personal.
Además, ordenó reducir el salario de los altos funcionarios hasta en 25%, incluido el suyo. “Se aplicará la ley de austeridad republicana de manera rigurosa”, dijo.