Los inversionistas están llevando la moneda más cara del mundo a alturas cada vez más vertiginosas, ignorando los riesgos de los recortes de las tasas de interés, las elecciones divisivas y las advertencias de los analistas.
El peso mexicano es la moneda principal con mejor desempeño del mundo este año y la mejor clasificada en una lista de tipos de cambio efectivos reales —una medida de la competitividad de una nación— compilada por Bloomberg. Según Deutsche Bank, dicho tipo de cambio se encuentra en el mayor nivel que México haya registrado al menos desde 2005.
El repunte ha resultado tan implacable que ahora los inversionistas tienen miedo de apostar en contra de la moneda, a pesar de su alta valoración. De hecho, datos de los mercados de opciones muestran que los operadores prevén que un fortalecimiento de la moneda durante los próximos tres meses es más probable que una caída.
“En el pasado, hemos intentado ir en contra de esa fortaleza y simplemente no ha funcionado”, dijo Nicolas Jaquier, gestor de cartera de NinetyOne UK Limited en Londres, que apuesta a favor de la moneda. “Parece cara en varios modelos, pero creo que debemos tomarlos con cautela”.
Las claves de la fortaleza del peso han sido su baja volatilidad y las tasas de interés récord del país, lo que hace atractivo pedir dinero prestado en otra moneda y prestar en pesos, o el llamado carry trade.
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Cada vez más alto
Tras registrar el año pasado su mayor apreciación anual en más de dos décadas, el peso se ha fortalecido un 1.8% frente al dólar este año. Ahora se cotiza a alrededor de 16.69 por dólar, cerca de su nivel más fuerte desde 2015.
Los avances se producen a pesar de las elecciones presidenciales que se celebrarán en junio en México y en Estados Unidos en noviembre, las que —al menos en el segundo de los casos— plantean el riesgo de cambios abruptos en las políticas. Algunos estrategas ya están instando a la cautela.
Los analistas Deutsche Bank advirtieron la semana pasada que las valoraciones están “llegando a extremos” y Bank of America calificó al peso como “sobrevaluado”.
Sin embargo, los fondos de cobertura apalancados están haciendo caso omiso a esas preocupaciones y, al 5 de marzo, habían aumentado sus contratos netos largos sobre la moneda a su mayor nivel desde junio, según datos de la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC, por sus siglas en inglés).
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Si bien se espera que el banco central de México reduzca la próxima semana su tasa de interés de referencia desde el 11,25% por primera vez en tres años, procederá a un ritmo tan lento que es poco probable que debilite el peso, según Jaquier de NinetyOne.
México tiene actualmente las tasas de interés reales más altas de América Latina y debería seguir atrayendo a los administradores de dinero, según el director de inversiones de NWI Management Hari Hariharan. Las altas tasas hacen que sea prohibitivamente caro apostar contra la moneda.
“El peso seguirá siendo una de las posiciones favoritas a largo de los inversionistas que financian tomando prestado monedas como el yuan, el euro y el franco suizo. No veo que esa dinámica cambie”, dijo Hariharan. “Podría haber cierta volatilidad en torno a las elecciones tanto en México como en Estados Unidos, pero nada grave”.
Se espera que Claudia Sheinbaum, candidata respaldada por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, gane las elecciones de junio.
Y aunque AMLO, como se conoce al presidente, tuvo discrepancias con sectores de la élite empresarial del país, su austeridad fiscal se ha convertido en una de las anclas del peso mientras los inversionistas observan déficits crecientes en los mercados emergentes y desarrollados.
El peso también se ha visto apuntalado por el envío récord de remesas desde Estados Unidos, un crecimiento económico mayor de lo esperado y la perspectiva de más inversiones en el país por parte de fábricas que buscan estar más cerca de Estados Unidos
“Es prácticamente una conclusión inevitable que Sheinbaum será una continuación del statu quo”, dijo Christian Lawrence, estratega de Rabobank en Nueva York.
Las elecciones estadounidenses representan un riesgo mayor para el peso y es probable que los inversionistas cubran su exposición al peso a medida que se acerca la votación, dijo.
La victoria de Donald Trump en 2016 provocó las mayores pérdidas para el peso en más de dos décadas en medio de sus amenazas de terminar con un acuerdo de libre comercio con México y gravar las remesas. Pero en su intento por recuperar la Casa Blanca, Trump está proponiendo aranceles a las importaciones e intensificando la guerra comercial con China, lo que podría impulsar más inversiones hacia México.
“México no será señalado de la forma como lo fue la vez anterior, ni por Trump, ni por el mercado”, dijo Dirk Willer, estratega de Citigroup. “El carry sigue dominando y las elecciones de Estados Unidos son un pensamiento secundario que se volverá más contundente con el tiempo, pero no en los próximos meses”.
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