El presidente suspendido de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, anunció su dimisión de sus cargos veinte días después de darle un beso a la futbolista Jennifer Hermoso durante la final del Mundial de fútbol femenino en Sídney.
La renuncia se da luego que la fiscalía española presentará el viernes una denuncia contra Rubiales por agresión sexual y coacción por besar sin consentimiento en los labios a la futbolista.
“Insistir en esperar y aguantar no va a aportar nada positivo, ni a la federación ni al fútbol español”, se lee en el comunicado de Rubiales.
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Rubiales siempre insistió en que el beso a Hermoso fue “mutuo y consensuado”, aunque la jugadora presentó una denuncia en su contra frente a la fiscalía el pasado 6 de septiembre.
El entrenador de la selección femenina de fútbol de España y aliado cercano de Rubiales,Jorge Vilda, fue despedido por la federación hace unos días.
Hasta ahora, 81 futbolistas de España, incluidas las 23 ganadoras del Mundial, habían dicho que no volverían a jugar para la selección mientras Rubiales estuviera al mando.
En la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda el 20 de agosto, Rubiales también fue visto agarrándose la entrepierna al festejar un gol en la tribuna, muy cerca de la reina Letizia de España y la infanta Sofía, de 16 años.
El origen de la polémica
El 20 de agosto, en la final del Mundial en Sídney, Australia, España venció 1 a 0 a Inglaterra.
Luis Rubiales, en el palco VIP del estadio y sentado al lado de la reina Letizia y su hija la infanta Sofía se agarró los genitales a modo de celebración.
Minutos después, durante la entrega de medallas a las españolas, besó a Hermoso, quien juega para el Club de Fútbol Pachuca Femenil de la liga mexicana.
En sus primeras reacciones ante medios, tanto Rubiales como Hermoso intentaron restar importancia al asunto, aunque en un directo en Instagram de las jugadoras en el vestuario la futbolista dijo, en referencia al beso, que “no le había gustado”.
Un día después, Rubiales pidió perdón en un video difundido por la RFEF, pero el presidente en funciones del gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que esto no era suficiente y la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, pidió la dimisión del directivo.
Durante los días posteriores la polémica fue creciendo hasta tener alcance internacional, multiplicándose las demandas de dimisión contra rubiales.
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