El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, inicia este sábado una gira que lo llevará a Argentina, Chile y Brasil, donde será el primer líder de las potencias occidentales en reunirse con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva desde que este último asumió el poder el 1 de enero.
Acompañado por una delegación de empresarios, Scholz es esperado el sábado en Buenos Aires, donde se reunirá con el presidente argentino Alberto Fernández.
La parada siguiente será Chile, donde visitará junto al presidente Gabriel Boric el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que recuerda las atrocidades cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Y el lunes viajará a Brasilia, donde celebrará una cumbre entre la mayor economía europea y la mayor de América Latina.
La gira se produce en un momento en que las empresas alemanas buscan oportunidades de negocio tras las turbulencias en los suministros de materias primas provocadas por la invasión rusa de Ucrania.
Los tres países incluidos en el periplo son ricos en recursos naturales y “socios muy interesantes” para Alemania, dijo una fuente gubernamental en Berlín.
La visita a Brasil será observada de cerca, como tanteo de una reactivación de las relaciones no solo bilaterales, sino también entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), fragilizadas durante la gestión del mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
La última visita de un jefe de gobierno alemán a Brasil tuvo lugar en 2015, cuando la entonces canciller Angela Merkel se reunió con la presidente brasileña Dilma Rousseff en Brasilia.
Acuerdo UE-Mercosur
Uno de los principales temas de la agenda será la reactivación el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Ese acuerdo se selló en 2019 tras 20 años de negociaciones, pero aún no ha sido ratificado y es objeto de fuertes críticas en países europeos.
Los sectores agrícolas y los movimientos ecologistas de la UE cuestionan en particular la procedencia de productos resultantes de la deforestación de la selva amazónica, que Lula se propuso revertir desde su retorno al poder a inicios de mes.
Esta semana, Lula declaró en Uruguay que considera “urgente” la conclusión de ese acuerdo entre bloques.
Esa urgencia del líder de la izquierda latinoamericana encuentra eco en los sectores industriales de Alemania, que ven en el continente un prometedor mercado en los países sudamericanos, amenazado por la creciente presencia de China.
La poderosa federación alemana de fabricantes de máquinas-herramienta pidió antes de la partida de Scholz que el acuerdo “se aplique por fin tras años sin llegar a ninguna parte”.
“El tiempo apremia”, insistió.
Protección del medio ambiente
La protección del medioambiente será otro tema clave en la gira del canciller, sobre todo en Brasil.
Tras la victoria electoral de Lula el 30 de octubre, Alemania aseguró que estaba dispuesta a reanudar los pagos al Fondo de Conservación de la Selva Amazónica congelados durante la presidencia de Bolsonaro.
“El gobierno de Bolsonaro promovió una ruptura en la política ambiental brasileña, cerró las puertas de la diplomacia ambiental”, dijo a la AFP Roberto Goulart Menezes, del Instituto de Relaciones Intenacionales de la Universidad de Brasilia.
“El gobierno de Lula, por el contrario, retoma esta agenda y la ubica entre sus prioridades”, agregó.
Presión por Ucrania
Alemania aprovechará también la ocasión para intentar que los países sudamericanos se inclinen a favor de Ucrania en la guerra que libra contra la invasión rusa, según fuentes del gobierno germano.
Argentina, Chile y Brasil han condenado la invasión, pero han sido renuentes en imponer sanciones contra Moscú.
Lula causó revuelo el año pasado cuando afirmó que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, era “tan responsable como [el presidente ruso, Vladimir] Putin” en ese conflicto.
“Subrayaremos que los contornos de la paz son relativamente sencillos: que Rusia abandone un territorio en el que no tiene nada que hacer”, subrayó la fuente del gobierno alemán.