La portavoz de Unicef para Oriente Medio y Norte de África, Tess Ingram, señaló este miércoles a EFE que hay que asegurarse de que el Líbano no se convierta en una nueva Gaza y urgió a implementar un alto el fuego en ambas partes para lograr la “desescalada” del conflicto.
“En lo que respecta a Gaza, es realmente horrible considerar que la situación en el Líbano podría descender a una crisis de la magnitud de la de la Franja de Gaza. No podemos permitir que esto suceda”, indicó en una entrevista en Beirut.
“Tenemos que asegurarnos de que no se repita”, aseguró al ser preguntada por la dureza de la ofensiva, también terrestre, que Israel está realizando en el Líbano, donde unos 1.2 millones de personas se han visto forzadas a huir de sus hogares, de acuerdo a cifras oficiales.
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“Es por eso que un alto el fuego es vital en Gaza y en el Líbano para la desescalada”, dijo haciendo un llamamiento a la comunidad internacional.
En un año de conflicto, Israel ha asolado el enclave palestino y matado a más de 42,000 personas, en su gran mayoría civiles, mujeres y niños.
En cuanto a los niños que se han visto desplazados en el Líbano, éstos se cifran en unos 400,000 de acuerdo a las cifras gubernamentales -las que maneja Unicef-, mientras que más de 100 menores han sido asesinados desde el inicio de la campaña israelí contra el país mediterráneo.
Este martes el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, amenazó al pueblo del Líbano con “una larga guerra que traerá destrucción y sufrimiento similar al que vemos en Gaza”.
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Un ataque al aeropuerto sería una “catástrofe”
La portavoz indicó que en su organización están preparados y se aprovisionan para las necesidades que tienen los menores libaneses, sobre todo los desplazados.
“Teníamos suministros en el Líbano antes del conflicto, pero las necesidades han aumentado tan rápidamente, dado que han pasado de 200,000 personas necesitadas a más de 1.2 millones en el espacio de ocho días. Así que los suministros se agotaron muy rápido. (...) Y una de las cosas en las que estamos realmente centrados ahora es en los suministros de invierno”, aseveró.
Estas ayudas llegan por aire y por tierra, por lo que en el caso de que el aeropuerto de Beirut, el único operativo en el país, fuera blanco de un ataque israelí, eso sería “una catástrofe que afectaría a nuestra capacidad”.
Además del impacto de la guerra en la salud mental de los más pequeños, en lo que Unicef también trabaja, Ingram explicó que también están viendo brotes de enfermedades y plagas en centros de desplazados, algo que ya alertó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Estamos viendo un aumento de los casos de algunas cosas entre los niños, como sarna y piojos”, apuntó.
El Gobierno libanés informó el martes de que hasta el momento se han abierto 990 centros para acoger a desplazados, de los cuales 781 centros -un 78.8%- han alcanzado su capacidad máxima.
En total en un año de conflicto, más de 2,100 personas han muerto, la gran mayoría durante las últimas dos semanas, según cifras oficiales.