El presidente de Chile, Sebastián Piñera, presentó una reforma a la salud pública que la convierte en un seguro sanitario universal con cobertura mínima del 80% para los 14.5 millones de chilenos que son beneficiarios de este sistema.
Con esta iniciativa, el Ejecutivo pretende atender una de las principales demandas que la ciudadanía reclama desde hace once semanas en las protestas contra la desigualdad social, que han dejado al menos 24 fallecidos.
"Es un alivio en el gasto de bolsillo de los chilenos, porque el Plan Universal de Salud tendrá una cobertura mínima del 80% e impulsaremos la rebaja del precio de los medicamentos", indicó Piñera en una comparecencia en el Palacio de La Moneda, sede del Gobierno.
En ese sentido, el mandatario explicó que, además de aumentar la cobertura sanitaria en la salud pública, donde los usuarios tienen que hacerse cargo de un porcentaje del gasto de la atención, también se reducirán los tiempos de espera.
Hasta ahora había pacientes que tenían que esperar hasta 4 años para ser atendidos de sus patologías o programar una intervención quirúrgica.
Con este proyecto el Gobierno pretende establecer un plazo máximo de atención para cada tipo de prestación, aunque no indicaron de cuánto se tratará.
Otro de los graves problemas del sistema de salud es el gasto que supone para los pacientes, que se endeudan para poder afrontar los costes de los tratamientos de sus enfermedades en las asistencias a consultas o compras de medicamentos.
"Aliviará el bolsillo de las familias con creación de un Seguro de Medicamentos que reducirá hasta en 60% el precio de remedios más recetados", afirmó Piñera.
"El alto precio de los medicamentos que para muchos termina siendo un verdadero calvario, especialmente para los enfermos crónicos, para los adultos mayores que destinan una parte muy importante de sus ingresos a comprar medicamentos", agregó el mandatario.
La salud pública en Chile está principalmente subvencionada por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa), que se hace cargo de un porcentaje del costo de la atención y el resto debe ser pagado del bolsillo del paciente.
Con el cambio propuesto por el Gobierno este viernes, Fonasa pasaría de ser un simple pagador a convertirse en una red de salud pública que establezca estándares mínimos y criterios concretos y globales de atención universal en todo el país para todos los afiliados.
Fonasa se financia con el impuesto de 7% que cada trabajador aporta mensualmente en su nómina, aunque la ley permite decidir si ese porcentaje se utiliza en la salud pública o bien se invierte en la salud privada como método de pago de una seguro personal.