Asegurar el acceso a agua y jabón, trabajar con los médicos tradicionales, informar en lenguas nativas: la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió recomendaciones para mitigar el impacto del COVID-19 entre indígenas, afrodescendientes y otros grupos étnicos especialmente afectados.
“El racismo estructural y la discriminación histórica de los que estas poblaciones han sido y continúan siendo objeto, generan una situación de vulnerabilidad a los efectos de la pandemia con relación a la población general”, señaló la OPS, oficina regional de la Organización Mundial del Salud (OMS).
La guía destacó que estos grupos enfrentan niveles más altos de pobreza y menores de escolarización, así como falta de acceso al agua potable y saneamiento y barreras culturales, incluyendo lingüísticas.
Pero otros factores acrecientan el riesgo de contraer COVID-19 en estas poblaciones, según la OPS: una mayor prevalencia de enfermedades crónicas, un menor acceso a las redes de seguridad social, preceptos culturales opuestos al distanciamiento social y altos índices de trabajo informal.
Estas variables son tenidas en cuenta en la guía de 15 páginas de la OPS dirigida a los líderes comunitarios, al personal de salud y a los gobiernos, que aconseja sobre todo hacer partícipes a estos grupos de cualquier decisión que afecte su salud.
La OPS recomienda incluir el concepto de etnicidad en los registros de salud, tener en cuenta la cultura al elaborar campañas de salud pública, tomar medidas adaptadas a las necesidades de los distintos grupos étnicos, y considerar las tradiciones y costumbres para el manejo de cadáveres en el contexto de la COVID-19.
Las orientaciones piden asegurar "que todos los miembros del hogar sepan qué hacer si alguien de la familia se enferma con covid-19 y el apoyo específico que deben brindar". Sin embargo, aclaran que el concepto "hogar" difiere del occidental, en tanto incluye a la familia extendida.
En la guía, la OPS subraya en particular los desafíos que enfrentan los pueblos indígenas en la cuenca amazónica -que abarca territorios de ocho países (Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam), donde según dijo viven 826 comunidades, de las cuales unas 200 están en aislamiento voluntario.
La OPS dijo que los más de 2,400 territorios indígenas en esa área no solo sufren de tuberculosis, malaria, sarampión y fiebre amarilla, sino también de falta de agua y saneamiento, y de la inseguridad alimentaria que afecta a un 85% de la población.
"Si a estos aspectos les agregamos otros factores determinantes intermediarios como la falta de acceso a los servicios de salud, las comunicaciones y el transporte, la vulnerabilidad al SARS-CoV-2 aumenta aún más", advirtió la OPS.
El jueves, entidades de derechos humanos de la ONU y la OEA alertaron que los indígenas de la Amazonía están “en grave riesgo” por la pandemia, e instaron a los Estados de la región a tomar mayores medidas de protección.