Con carreras protagonizadas en torneos de segundo y tercer rango, a veces con “sólo US$ 100” en los bolsillos, los ‘obreros’ del tenis tratan de sobrevivir tras quedarse en el paro de la noche a la mañana por la pandemia del nuevo coronavirus.
Por ejemplo, la georgiana Sofia Shapatava está suplicando a la Federación Internacional de Tenis (ITF) que ayude a los cientos de tenistas que se han quedado sin sustento después de los circuitos, tanto masculino (ATP) como femeninos (WTA) hayan quedado suspendidos hasta por lo menos el 7 de junio, es decir, más de tres meses de parón.
"Los jugadores situados por debajo del (número) 250 no tendrán para comprar comida en dos o tres semanas", advierte Shapatava, que no es muy optimista en cuanto a su demanda a la ITF. "Honestamente, no lo creo", admite sobre la posibilidad de que la federación ayude a los más modestos.
"Ellos dicen que están ocupados y que hablarán conmigo en cuanto puedan. Pero tras el mail no contestaron en absoluto", añade Shapatava, que ocupaba el puesto 371 en el ranking y que cuenta con 16 temporadas en el circuito, muchas de ellas compitiendo en torneos secundarios de la ITF, alejados de los focos y el glamur de los Grand Slams, donde mandan las estrellas multimillonarias como Serena Williams, Roger Federer, Novak Djokovic y Rafael Nadal.
Shapatava ha ganado en su carrera unos US$ 354,000 en premios en sus más de 1,500 partidos, tanto en individuales como en dobles.
Pero en el 2020 apenas suma US$ 3,000 en ganancias, logradas en torneos secundarios.
Sin embargo puede sentirse afortunada comparada con la mayoría del millar de jugadoras que compiten en el circuito profesional femenino (WTA) y otros tantos en el masculino (ATP).
Entre las jugadoras que se encuentran actualmente en el pozo de la clasificación figura la rusa de 27 años Ksenia Kolesnikova (N/1,283), que en lo que va de año 2020 ha ganado, según las cifras oficiales, US$ 68.
Muchos jugadores más allá del lucrativo Top-100 completan habitualmente sus ingresos limitados entrenando o jugando en las ligas de clubes europeos.
‘El deporte morirá’
Pero tanto las estrellas como los 'obreros' tienen una cosa en común. Sus fuentes de ingresos se evaporaron cuando la mayoría de gobiernos de todo el mundo decidieron el confinamiento de sus poblaciones como medida para impedir la propagación del nuevo coronavirus.
"Inicié mi petición para ayudar a los jugadores de tenis para que fueran escuchados por la ITF, después de haber hablado con mucha gente para conocer sus planes para los próximos tres meses y darme cuenta que algunos ni siquiera iban a poder procurarse alimentos", denuncia Shapatava en su blog.
Toda la temporada de tierra fue cancelada y Roland Garros se aplazó a septiembre en lugar de su periodo habitual, finales de mayo y principios de junio.
La temporada de hierba va por el mismo camino y la próxima semana los organizadores de Wimbledon mantendrán una "reunión de urgencia" para posponer o cancelar la gran cita del año en césped, que debería comenzar el 29 de junio.
La británica Tara Moore, número 233 del mundo, ha ganado apenas 2.500 dólares en lo que va de temporada, aunque sus premios acumulados durante su carrera ascienden a US$ 473,500, gracias a las invitaciones para participar en el cuadro principal de Wimbledon.
"Hay cosas más importantes como la vida y la muerte, pero muchos tenistas de países pequeños no pueden tener ingreso alguno, incapaces de solicitar subsidios porque están considerados 'autoempleados'", escribió esta jugadora nacida en Hong Kong hace 27 años.
La veterana Alla Kudryavtseva, de 32 años y que llegó a ser número 15 del mundo, comparte también la preocupación de sus compañeras y su petición de ayuda.
Kudryavtseva, que saltó a la fama tras eliminar a su compatriota Maria Sharapova en el Wimbledon del 2008, ha ganado más de tres millones de dólares en su carrera, la mayoría gracias a sus éxitos en dobles.
“Tengo ahorros, no estoy preocupada. Pero, ¿qué pasa con esos jóvenes que han elegido el tenis como carrera y que están haciendo la transición al profesionalismo? ¿Y con aquellos que no han podido ahorrar nada aún? ¿O con aquellos que han invertido dinero en sí mismos?”. La ITF no respondió a los requerimientos sobre este tema.