La Amazonía perderá por deforestación alrededor de 860,000 hectáreas en el 2021, según una proyección realizada por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), que realiza un detallado seguimiento de la pérdida de bosques amazónicos a través de imágenes por satélite.
Aproximadamente el 79% de esta deforestación de selva virgen se dará en Brasil, seguido en menor medida por Perú con el 7% y por Colombia con el 6%, de acuerdo con los datos de esta estimación presentados este martes.
En Brasil, la deforestación masiva se concentra actualmente en torno a las principales carreteras que atraviesan los estados de Acre, Rondonia y Mato Grosso, así como el sur de los estados de Amazonas y Pará.
La mayoría de estas áreas taladas en territorio brasileño fueron primero deforestadas y posteriormente quemadas, un proceso habitual para ganar terreno agrícola y ganadero que se hizo conocido en el 2019 con los fuegos que centraron la atención del mundo.
En la Amazonía peruana, la deforestación continúa impactando un año más en su región central, en torno a las regiones de Ucayali, Huánuco y el sur de Loreto.
Destacan los casos de una nueva colonia menonita instalada en la selva, que ha deforestado casi 300 hectáreas, y una plantación de arroz a gran escala de cerca de 400 hectáreas en la ribera derecha del río Aguaytía, cercana al municipio de Nueva Requena, en Ucayali.
Asimismo, en el sur de Perú existen algunos focos de deforestación en la región de Madre de Dios vinculada a la minería aluvial ilegal, especialmente en las inmediaciones de La Pampa, como Efe pudo constatar la pasada semana en una visita a esta enorme área deforestada e intervenida por la Policía y las Fuerzas Armadas.
Mientras, en Colombia la deforestación se vuelve a concentrar en torno al Parque Nacional de la Serranía de Chiribiquete, lo que abarca los departamentos de Caquetá, Meta y Guaviare, donde aparentemente la pérdida de bosque está asociada a la expansión de pasto para el ganado.
El MAAP, una iniciativa de la organización Conservación Amazónica, realizó este análisis basado en datos con imágenes del satélite Sentinel-2, operado por la Agencia Espacial Europea, y un sistema de alertas de pérdida de bosque con 10 metros de resolución producido por la Universidad de Maryland (Estados Unidos).
La investigación cuenta con el apoyo de la Norad (Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo, en inglés) y el ICFC (Fondo Internacional para la Conservación de Canadá, en inglés).