El presidente Javier Milei, que prometió reconstruir la economía argentina devastada por las crisis, alcanzar el equilibrio fiscal a cualquier costo este año y controlar el aumento desenfrenado de los precios al consumidor, está obteniendo resultados en el frente de la inflación.
Los economistas esperan que los datos oficiales que se publicarán este martes muestren que el IPC subió un 8.9% en abril, la primera cifra mensual de un solo dígito desde octubre, mientras que la tasa anual probablemente bajó al 287.85%, desde el 287.9% de marzo.
Los analistas prevén que los registros posteriores se desaceleraren de forma sostenida para cerrar el año con una lectura del 161.3%, casi 66 puntos porcentuales menos que su estimación de enero del 227%.
Argentinos desbordan bancos tras regreso de las hipotecas
Los argentinos acuden a los bancos para solicitar préstamos hipotecarios, luego de que la baja de tasas impulsara a las entidades a relanzar estas líneas de crédito por primera vez en seis años.
“La gente está muy ansiosa, las consultas desbordaron nuestros canales de comunicación y estamos saturados”, dijo en una entrevista Daniel Tillard, presidente del Banco Nación, el mayor prestamista estatal del país. El banco anunció que desembolsará unos US$ 4,000 millones en hipotecas en los próximos cuatro años a 40,000 potenciales propietarios.
Desde hace años, el mercado inmobiliario argentino se ha visto sacudido por controles monetarios y una de las tasas de interés más altas del mundo. Las ventas de viviendas con hipoteca, especialmente en la capital, se han desplomado desde 2018, según el Colegio de Escribanos de Buenos Aires.
“Argentina es el único país del mundo en el que compras una licuadora en 12 cuotas sin interés y una casa, en cambio, con un bolso de billetes”, dijo Gastón Rossi, director del Banco Ciudad de Buenos Aires.
Un grupo de grandes bancos privados y estatales del país anunció en las últimas semanas que empezarán a ofrecer préstamos hipotecarios a tasas de interés de entre el 3.5% y el 8.5% más una medida de la inflación, que en marzo se disparó a casi el 288% desde el año anterior. El importe máximo del préstamo ofrecido por un banco es de US$ 250,000 a 30 años.
Los argentinos no se dejan intimidar por las altas tasas de interés que podrían pagar por los préstamos y apuestan a que el presidente Milei será capaz de reducir la inflación. El Banco Ciudad ya ha recibido 11,000 solicitudes formales de clientes por los préstamos hipotecarios que se lanzaron el 29 de abril, según Rossi.
“Nunca tuve que esperar tanto, la gente no podía sentarse y se agolpaba en los pasillos”, dijo Santiago Martellono, un posible comprador de vivienda que visitó una de las sucursales de Banco Ciudad el lunes después de que la entidad anunciara que otorgaría los préstamos.
Martellono, un abogado de 28 años, agregó que sus amigos también han comenzado a manifestar interés. “No ven otra forma de comprar una casa en este país en el futuro que con un préstamo hipotecario”, dijo.
Casi todos los bancos argentinos están tomando acciones para satisfacer esta creciente demanda. Banco Santander Río planea lanzar préstamos hipotecarios este mes, y Banco Macro empezó a ofrecer este lunes créditos a 20 años. Los representantes de Banco de Galicia y BBVA Argentina declinaron hacer comentarios.
Parte de la motivación de los bancos para conceder préstamos hipotecarios es proteger sus ganancias.
En los últimos años, el sistema financiero argentino ha guardado su dinero en el banco central, prefiriendo como fuente de ingresos los intereses de los pases a un día. Pero con el recorte de las tasas de interés por parte de las autoridades monetarias en 8,300 puntos básicos desde diciembre, esa estrategia ya no es tan rentable como antes, lo que obliga a los bancos a abandonar los instrumentos a corto plazo y empezar a prestar al público a tasas más atractivas.
“No podemos sentarnos sobre los pases del banco central”, dijo Tillard, presidente de Banco Nación. “Nuestro futuro está en prestar a empresas e individuos, porque ni el Gobierno ni el banco central nos van a pedir más fondos prestados”.
Los ingresos por intereses de los bancos durante los dos primeros meses de 2024 se desplomaron un 30% desde el pico que alcanzaron en octubre pasado, según datos del banco central.
Sin duda, el mercado hipotecario argentino ya ha vivido varios ciclos de auge y caída.
La última vez que los bancos otorgaron créditos hipotecarios fue entre 2016 y 2018, durante la gestión del expresidente Mauricio Macri. La cantidad de inmuebles comprados con hipotecas se multiplicó por seis. Pero la demanda impulsó el precio promedio del metro cuadrado un 27% en dólares, una tendencia que podría repetirse, según Federico González Rouco, economista de Empiria Consultores en Buenos Aires.
Y para que los préstamos sigan siendo atractivos para los consumidores, Milei tiene que cumplir su promesa de controlar el crecimiento de la inflación a tres dígitos. Hasta ahora, los posibles compradores de viviendas han expresado su confianza en que la inflación se reducirá.
“Los argentinos tienen culturalmente muy arraigado el deseo de invertir en ladrillos”, afirma José Rozados, analista de Reporte Inmobiliario en Buenos Aires.
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