El Salvador cerró el 2024 con un mínimo histórico de 114 homicidios, continuando con notables avances en materia de seguridad bajo un segundo año completo de estado de excepción que ha otorgado al gobierno poderes extraordinarios y restringido algunos derechos fundamentales.
El presidente Nayib Bukele dijo a través de la plataforma social X que la cifra anunciada este miércoles por la Fiscalía General del pequeño país centroamericano lo convierte en la nación más segura del hemisferio occidental.
No todos los países han publicado sus cifras anuales de homicidios en el 2024, pero los 1.9 homicidios por cada 100,000 habitantes que, según Bukele, se han logrado lo situarían por debajo de lo que cualquier país latinoamericano haya informado en 2023. El total oficial de El Salvador no incluye los asesinatos de cinco presuntos pandilleros en tiroteos con las fuerzas de seguridad.
En marzo del 2022, las poderosas pandillas callejeras de El Salvador mataron a 62 personas en cuestión de horas. El Congreso otorgó al gobierno de Bukele un “estado de excepción” solicitado para acabar con las pandillas, que incluía la suspensión de algunos derechos constitucionales y otorgar a la policía más poderes para arrestar y detener a sospechosos.
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Más de 83,000 personas han sido detenidas desde entonces, la mayoría encarceladas sin el debido proceso. Bukele ha dicho que 8,000 personas que eran inocentes han sido liberadas.
Las organizaciones de derechos civiles han informado que 354 personas han muerto bajo custodia del gobierno durante la represión.
A pesar de las restricciones, las mejoras en materia de seguridad han contribuido a la altísima popularidad de Bukele. Durante años, muchos salvadoreños vivieron con miedo a las pandillas que controlaban zonas del país, extorsionando, matando y reclutando a la fuerza.
En 2015, El Salvador tuvo 6,656 homicidios, lo que lo convirtió en uno de los países más letales del mundo. En el 2023, hubo 214 homicidios. Los avances han planteado inevitablemente la pregunta de si el estado de excepción aún se puede justificar, a lo que Bukele y sus ministros han respondido de manera indirecta que aún no han logrado todo lo que deseaban.
El Congreso, en el que el partido de Bukele y sus aliados tienen una supermayoría, continúa renovando los poderes especiales cada mes.
El control represivo de las pandillas hizo que fuera difícil y peligroso para los residentes viajar entre barrios, incluso para trabajar. Ahora los residentes dicen que pueden caminar por sus barrios sin miedo .
En febrero, Bukele obtuvo una victoria aplastante , al obtener un segundo mandato de cinco años sin precedentes, a pesar de la prohibición constitucional de la reelección consecutiva, que fue permitida por una Corte Suprema amistosa.
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