Un clima de miedo se instaló dentro de la compañía aérea de Hong Kong Cathay Pacific, arrastrada la semana pasada por la crisis política sin precedentes que sacude el territorio semiautónomo chino, cuando el gobierno de Pekín presiona a las empresas sospechosas de simpatías hacia el movimiento prodemocracia.
Cathay Pacific suscitó la semana pasada la cólera de los nacionalistas chinos después de que algunos de sus 27,000 empleados participaran en la huelga organizada por los manifestantes prodemocracia.
Los dirigentes de la aerolínea se apresuraron en tranquilizar a Pekín y tomar sus distancias con las protestas asegurando que despedirían a todos aquellos empleados que participen o apoyen “manifestaciones ilegales”.
Cathay ya ha rescindido el contrato a dos pilotos y suspendido un tercero por estar presuntamente implicados en las protestas.
"Cathay Pacific confirma que dos pilotos fueron despedidos de acuerdo con las condiciones y términos de sus contratos", informó este miércoles la aerolínea en un comunicado.
Swire Pacific, el principal accionista de Cathay, también publicó un comunicado en el que afirmaba que “apoya firmemente” el gobierno de Hong Kong y comparte la visión de Pekín.
De hecho, algunos empleados denunciaron que un clima de miedo se instauró en este grupo en el que muchos temen ser espiados por sus compañeros que intentan descubrir sus afinidades políticas.
“Nos obligan a callarnos”
"Tengo la impresión de que nos obligan a callarnos. No podemos expresar nuestro apoyo (al movimiento prodemocracia) ni en las redes sociales", lamentó una azafata de vuelo que se hace llamar Cat.
"Muchos compañeros aseguran que algunas personas pueden enviar listas de aquellos que apoyan las manifestaciones ilegales a la empresa", explica esta empleada, quien reconoce que "esto nos está causando miedo a todos".
La espiral de temor se vio acentuada con las manifestaciones masivas en el aeropuerto internacional de Hong Kong, uno de los más frecuentados en el mundo, que provocaron centenares de anulaciones de vuelos durante el lunes y el martes.
Estos incidentes pueden afectar los resultados de este grupo que este año volvió a obtener beneficios después de cerrar en números rojos los dos últimos ejercicios.
El grupo anunció el miércoles haber logrado en el primer semestre un beneficio neto de US$ 1,630 millones honkoneses (US$ 207 millones), tras haber tenido unas pérdidas de US$ 263 millones honkoneses (US$ 33 millones) durante el mismo periodo del 2018.
Vulnerable al boicot
Esta compañía aérea también recibió numerosas críticas de parte de la prensa estatal china.
"Los cuatro pecados de Cathay Pacific Airlines", tituló el Diario del Pueblo, órgano de prensa del Partido Comunista chino, que en sus páginas enumeró las acciones de los empleados de este grupo en beneficio de los manifestantes.
La dirección general de la aviación civil china exigió el viernes a Cathay los nombres de su personal de abordo en los vuelos hacia China continental.
Cathay indicó que se someterá a estas exigencias, que cumple desde el domingo.
Tras este anuncio, las acciones del grupo cayeron el lunes 4.37% en la bolsa de Hong Kong y 2.6% el martes.
Los analistas consideran que Cathay es muy vulnerable a un posible boicot de Pekín.
“Tiene una gran dependencia del mercado continental chino”, explica Brendan Sobie, analista del Centre for Aviation, quien recuerda que uno de cada cinco vuelos de la compañía procede o se dirige al territorio chino continental y que también son chinos el 80% de sus pasajeros de los vuelos hacia otras destinaciones.
En las redes sociales circularon varias peticiones de boicot y el hashtag #BoycottCathayPacific, creado la semana pasada, fue visto por 45 millones de usuarios de Weibo, el Twitter chino.