China, que centró este martes en el Foro de Davos un debate sobre sus perspectivas económicas para los próximos años, quiere relanzar su economía y volver a tasas de crecimiento de dos dígitos, entrando de lleno en la digitalización de este área y con ayuda del sector privado.
Aunque el gigante asiático crece a un ritmo de 6%, el dato sabe a poco en un país acostumbrado a tasas muy superiores en décadas pasadas.
El viceprimer ministro chino, Han Zheng, señaló en la localidad alpina que el país sigue dando pasos para reformar y abrir su economía al mundo, contribuyendo así a un desarrollo global sostenible.
A los cambios que es preciso abordar se ha referido el decano del Instituto Nacional de Desarrollo y profesor de la Universidad de Pekín Huang Yiping, que ha destacado la necesidad de reformar la seguridad social y de poner en marcha políticas de protección del medio ambiente.
Estos dos puntos, ha indicado, son costosos a corto plazo pero muy provechosos a más años vista para el crecimiento.
Pero la iniciativa pública no es suficiente, ha recordado el presidente de Yili Group, Pan Gang, empresa especializada en productos lácteos líder del mercado en China.
El empresario ha querido poner en valor el crecimiento experimentado en los últimos años por las firmas chinas, que si bien se ha moderado ha permitido conocer su potencial.
Ahora, desde un modelo económico mixto, el Gobierno puede "aprovechar" ese éxito y poner de su lado los recursos del sector privado.
Al tiempo que las empresas, ha añadido, los consumidores han cambiado también y piden productos cada vez más personalizados, además de apostar por realizar sus compras a través de internet, en todo lo cual las nuevas tecnologías jugaran un papel determinante.
La compañía vende aproximadamente un 10% de sus productos online, pero espera aumentar sustancialmente ese porcentaje en los próximos años.
Benedikt Sobotka, consejero delegado de la empresa de materias primas Eurasian Group, compañía muy involucrada en China, ha reconocido que en el país, "que es ahora la mayor economía del mundo, o casi", hay enormes oportunidades de inversión, tanto para las empresas extranjeras como para las oriundas.
Con un sector manufacturero que supone el 40% de la economía, "lo que genera empleo, impuestos y valor", y una vez que ha quedado atrás un modelo de negocio basado en las copias, China debe dar un paso más y apostar por la innovación.
Nada de lo que ocurre en China deja indiferente al mundo, ha señalado Sobotka, que ha puesto como ejemplo el mercado de coches eléctricos, que podría alcanzar 18 millones de unidades en pocos años.
O el de las turbinas de motores, de los cuales China aún figura como importador aunque es previsible que en tres o cuatro años se sitúe como exportador.
Los participantes en el debate han valorado la trayectoria de Alibaba, gigante de las ventas online y modelo a seguir por la mayoría de las empresas chinas, sobre el que el rector Huan Yiping ha destacado que la digitalización de los procesos de venta "no ha reducido los puestos de trabajo", simplemente ha creado otros nuevos.
Otro de los cambios que ha experimentado el país, ha relatado Yiping, es que "las marcas de calidad ya no son sólo las extranjeras, como ocurría hace unos años".
La “cuarta revolución industrial”, -uno de los mantras del Foro de Davos desde hace varios años-, es ya una realidad en China merced a los cambios tecnológicos, ha dicho, que permitirán al país dar un nuevo “salto hacia adelante”, en referencia a las medidas de modernización adoptadas en el país durante el mandato de Mao.
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