La propagación en la India de una nueva enfermedad en niños conocida como la fiebre del tomate, por las ampollas rojas y dolorosas, llevó este viernes al estado más poblado del país a emitir una circular tras una alerta similar del Gobierno central.
“La enfermedad de manos, pies y boca no es inusual en el sur de la India y (la fiebre del tomate) está muy relacionada a ella. Actualmente, el análisis clínico es que es una variante”, dijo a Efe el experto en salud pública y exdirector del Centro de Recursos del Sistema Nacional de Salud (NHSRC) T. Sundararaman.
Calificado como un “nuevo virus” en un artículo publicado la semana pasada en la revista médica The Lancet, el primer caso fue detectado en el estado sureño de Kerala el pasado 6 de mayo.
Según los autores, la fiebre del tomate afecta principalmente a niños menores de cinco años y se han identificado al menos 82 casos en Kerala, además de 26 en el oriental estado de Odisha.
Los síntomas incluyen “fiebre elevada, sarpullidos y un intenso dolor en las articulaciones”, además de “la erupción de ampollas rojas y dolorosas por el cuerpo que gradualmente crecen hasta alcanzar el tamaño de un tomate”, aunque los autores del estudio destacan que no es mortal.
El estado norteño de Uttar Pradesh emitió este viernes una circular recomendando a los padres que instruyan a sus hijos a “no abrazar o tocar a otros niños que tengan síntomas de fiebre o sarpullidos”, indicó la agencia local IANS.
La alerta se suma a la emitida por el Gobierno indio esta semana.
Las buenas noticias, según Sundararaman, es que se trata de una enfermedad autolimitada que “no se extiende muy rápidamente”, aunque el aumento de los casos suscita interrogantes.
“No estoy seguro de que el sistema de vigilancia de las enfermedades esté a la altura, aunque por supuesto los sistemas son mejores en lugares como Kerala”, explicó.
“Pero es muy fácil de aislar, porque es muy visible, si el sector sanitario público se activa entonces no tendremos una epidemia”, dijo Sundararaman.
Las autoridades han señalado que por el momento no hay un tratamiento específico para la enfermedad, similar también a la chikungunya o el dengue, por lo que la terapia se limita a la toma de medicamentos como paracetamol.