El incendio de cuatro días en un depósito de combustible cubano está oscureciendo las perspectivas de una economía que ya se tambalea por apagones, escasez, COVID-19 y costos de importación altísimos.
A partir del martes, los medios estatales dijeron que cuatro de los ocho tanques de almacenamiento de combustible, cada uno con una capacidad de 300.000 barriles, estaban en llamas.
El incendio, que el Gobierno atribuyó a la caída de un rayo el viernes, ha arrojado una nube negra sobre el norte de Cuba y paralizado los trabajos en el complejo industrial de Matanzas, único punto de transbordo de crudo del país y la única instalación capaz de recibir petroleros de 100,000 toneladas.
Es probable que el desastre retrase la recuperación económica, agrave los problemas de electricidad de la isla y exacerbe la escasez de combustible. Antes del incendio, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU pronosticaba un crecimiento económico para Cuba en el 2022 del 3.4%, su primer año de fuerte crecimiento tras las contracciones del 2019 y 2020.
El complejo de Matanzas, en la costa norte de Cuba, a unos 90 kilómetros al este de La Habana, es una pieza clave de la columna vertebral energética de la isla, ya que recibe combustible de Venezuela y Europa y lo envía a terminales más pequeñas en toda la isla. También suministra combustible a algunos de los generadores termoeléctricos de la isla.
Además, es también el único punto de entrada para la producción nacional de crudo estimada en 40,000 barriles diarios, dijo Jorge Piñón, director del Programa de Energía para América Latina y el Caribe de la Universidad de Texas en Austin.
Las instalaciones portuarias críticas de Matanzas no parecen haberse visto afectadas, indicó. Pero con el fuego aún vivo, el verdadero alcance del daño no está claro.
Incluso los tanques de almacenamiento que no se han visto afectados directamente, podrían dañarse con las altas temperaturas y quedar inutilizables, dijo Piñón. Pasará un mes más o menos antes de que sepamos qué tan grave es el daño.
Red enferma
El fuego está ejerciendo una presión adicional sobre la ya situación crítica de la red de energía. Durante meses, Cuba ha estado sufriendo apagones, a medida que las centrales eléctricas envejecidas han tenido que parar sus operaciones y los costos del combustible se han disparado. El lunes, una importante central eléctrica fue desconectada porque una estación de bombeo de agua en Matanzas resultó dañada.
Las autoridades dijeron que esperaban volver a ponerla en funcionamiento pronto, pero aun así, el país solo podrá abastecer alrededor de dos tercios de la demanda máxima el martes, dijo el Ministerio de Energía y Minas.
La inflación anual en la isla comunista alcanzó el 29% en junio, en gran medida impulsada por la devaluación del peso y el aumento de los costos del combustible y otras importaciones.
Bomberos cubanos, mexicanos y venezolanos han estado tratando de contener el incendio que ha dejado al menos un muerto, 125 heridos y más de una docena de desaparecidos.