La guerra entre Israel y Hamás ha agudizado la atención sobre los crecientes riesgos geopolíticos para los mercados financieros, mientras los inversores esperan a ver si el conflicto atrae a otros países con el potencial de hacer subir aún más los precios del petróleo y asestar un nuevo golpe a la economía mundial.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió el domingo “demoler Hamás”, mientras su ejército preparaba operaciones terrestres en Gaza para erradicar al grupo militante, cuyo mortífero asalto a las ciudades fronterizas israelíes conmocionó a la nación.
Los precios del crudo se dispararon casi un 6% el viernes, al descontar los inversores la posibilidad de un conflicto más amplio en Oriente Medio. El primer indicador de la reacción a los acontecimientos del fin de semana se producirá probablemente cuando el petróleo comience a cotizar en Asia a última hora del domingo.
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“Parece que nos dirigimos a una invasión terrestre masiva de Gaza y una pérdida de vidas a gran escala”, dijo Ben Cahill, del Programa de Seguridad Energética y Cambio Climático del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). “Siempre que haya un conflicto de esta escala, habrá una reacción del mercado”.
La reacción del mercado en la última semana ha sido relativamente moderada, aunque la moneda israelí, el shekel, sufrió un fuerte impacto.
“No tengo ni idea de si los mercados seguirán comportándose relativamente bien”, dijo Erik Nielsen, de UniCredit. “Casi con toda seguridad depende de si este último conflicto sigue siendo localizado o si se intensifica hasta convertirse en una guerra más amplia en Oriente Medio”.
El índice S&P 500 cayó un 0.5% el viernes. Los activos de refugio registraron compras, con una alza superior al 3% del oro y el dólar en máximos de una semana.
Según Bernard Baumohl, de The Economic Outlook Group en Princeton, Nueva Jersey, un conflicto en expansión probablemente provocaría una mayor aceleración de la inflación y, como subproducto, de las tasas de interés en todo el mundo.
Sin embargo, mientras que la inflación y las tasas en otros países probablemente subirán en el peor de los casos, Estados Unidos podría ser la excepción, ya que los inversores extranjeros vierten capital en lo que consideran un destino seguro durante el conflicto mundial, señaló Baumohl.
“Las tasas podrían bajar”, dijo. “Es de esperar que el dólar se fortalezca”.
En Europa, los economistas dijeron que el listón para otro alza de tasas por parte del Banco Central Europeo está alto.
La guerra entre el grupo islamista Hamás e Israel plantea uno de los riesgos geopolíticos más importantes para los mercados petroleros desde la invasión rusa de Ucrania el año pasado.
“Si la guerra de Ucrania nos enseñó algo, es a no subestimar el efecto de la geopolítica”, dijo George Moran, de Nomura, en el podcast semanal del banco.
Otros mercados energéticos podrían verse afectados, como se ha visto en acontecimientos recientes como la interrupción por parte de Chevron de las exportaciones de gas natural a través de un importante gasoducto submarino entre Israel y Egipto.
Los analistas señalan que es improbable que la subida de los precios del petróleo tenga un impacto significativo en los precios del gas en Estados Unidos o en el gasto de los consumidores.
Sin embargo, Jack Ablin, de Cresset Capital, afirmó que la situación merece un seguimiento.
“Si de repente se corta la producción de petróleo o se interrumpe su transporte, se crearán problemas no sólo para las economías, sino también para los mercados”, afirmó.
El crudo, las acciones de empresas petroleras y las materias primas en general, y el oro en particular, podrían servir de cobertura eficaz a los inversores, agregó.
Fuente: Reuters
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