En los campos de batalla en Ucrania, el simple acto de encender un celular puede provocar una tormenta de proyectiles. Los radares de artillería y los controladores remotos para drones también pueden atraer fuego enemigo.
Es la guerra electrónica, un aspecto clave, pero invisible, de la guerra de Rusia contra Ucrania. Los comandantes militares mayormente evitan discutirla, temiendo poner en peligro operaciones si revelan secretos.
La tecnología de guerra electrónica ataca sistemas de comunicaciones, navegación y guía con el fin de localizar, cegar y engañar al enemigo, y asestarle golpes letales. Se la usa contra la artillería, aviones de combate, misiles crucero, drones y más. Las fuerzas armadas la emplean además para proteger a sus tropas.
Es un área en la que se pensó que Rusia tenía una clara ventaja de cara a la guerra, pero, por razones no completamente claras, su elogiada capacidad de guerra electrónica apenas apareció en las fases iniciales de la guerra en el fracaso caótico de su ofensiva para capturar Kiev, la capital.
Se ha vuelto un factor mucho más importante en la encarnizada batalla actual por el este de Ucrania donde líneas de suministros más cortas y fáciles de defender mueven el equipo de guerra electrónica más cerca de los campos de batalla.
Un funcionario de inteligencia ucraniano dijo que la amenaza rusa es “muy grave” en lo que se refiere a obstaculizar los esfuerzos de reconocimiento y las comunicaciones de los comandantes con sus tropas. La interferencia rusa con los receptores de GPS en los drones que Ucrania utiliza para localizar al enemigo y dirigir sus ataques artilleros es especialmente intensa “en la línea de contacto”, dijo.
Ucrania ha tenido cierto éxito al contrarrestar la ofensiva electrónica de Rusia. Ha capturado equipo importante — un golpe significativo para su inteligencia —
Y destruido al menos dos unidades móviles multivehículos de guerra electrónica.
La capacidad de Ucrania en la guerra electrónica es difícil de evaluar. Los analistas dicen que ha mejorado considerablemente desde que Rusia capturó Crimea e instigó una revuelta separatista en el este del país en el 2014.
Ucrania además ha usado efectivamente tecnología e inteligencia de Estados Unidos y otros miembros de la OTAN, lo que le ayudó, por ejemplo, a hundir el buque de guerra Moskva. Satélites y aviones de reconocimiento aliados ayudan desde cielos vecinos, al igual que lo hace la red de satélites de comunicaciones Starlink de Elon Musk.
La guerra electrónica tiene tres elementos básicos: rastreo, ataque y protección. Primero, se colecta inteligencia ubicando señales electrónicas del enemigo.
Al ataque, la interferencia con “ruido blanco” discapacita y degrada sistemas enemigos, incluso comunicaciones por radio y celular, defensa aérea y radares de artillería. Además está el spoofing, o suplantación de identidad, que confunde y engaña. Cuando da resultado, las municiones no aciertan sus blancos.
“Operar en un capo de batalla moderno sin datos es realmente difícil”, dijo la coronel retirada Laurie Buckhout, exjefa de guerra electrónica para el ejército estadounidense. La interferencia “puede cegar y ensordecer aviones muy rápida y peligrosamente, especialmente si pierdes GPS y radar y vuelas un caza a 600 millas por hora (965 kilómetros por hora)”.
Todo lo cual explica el secreto que rodea la guerra electrónica.
“Es un campo extremamente secreto porque depende enormemente de tecnología en evolución, de vanguardia, donde las ganancias pueden ser copiadas y borradas muy rápidamente”, señaló James Stidham, experto de seguridad de comunicaciones que ha trabajado como asesor para los departamentos de Estado y Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Ucrania aprendió duras lecciones sobre la guerra electrónica en el 2014 y 2015, cuando Rusia la usó para abrumar a sus fuerzas. Los rusos derribaron drones y desactivaron ojivas, penetraron redes celulares para operaciones sicológicas y se concentraron en las defensas ucranianas.
Un oficial ucraniano dijo a Christian Brose, un colaborador del difunto senador John McCain, como los guerreros de datos de Rusia engañaron a un comandante para que respondiera a una llamada de su madre con celular. Cuando lo hizo, lo geolocalizaron y lo mataron con cohetes de precisión, escribió Brose en el libro “The Kill Chain”.
En el conflicto actual, la guerra electrónica se ha vuelto un teatro de contienda furioso.
Rusia ha interferido GPS en áreas desde Finlandia hasta el Mar Negro. Una aerolínea regional finlandesa tuvo que cancelar vuelos en una ruta por una semana como resultado de ello.
La interferencia rusa ha afectado además las transmisiones de televisión en Ucrania, indicó Frank Backes, ejecutivo del grupo Kratos Defense, con sede en California, que tiene estaciones terrestres de satélite en la región.
Pero en los días iniciales de la invasión, el uso por Rusia de la guerra electrónica fue menos efectivo y extenso que lo esperado. Eso podría haber contribuido a su incapacidad para destruir suficientes radares y unidades antiaéreas para gana superioridad en el aire.
Algunos analistas piensan que los comandantes rusos se abstuvieron de avanzar las unidades de guerra electrónica por temor a que fueran capturadas. Al menos dos lo fueron.
Además, los comandantes rusos podrían haber limitado inicialmente el empleo de la guerra electrónica en el conflicto debido a temores de que técnicos poco entrenados y desmotivados pudieran operar mal los sistemas.
“Lo que sabemos ahora es que los rusos eventualmente apagaron los sistemas porque estaban interfiriendo demasiado con sus propias comunicaciones”, afirmó el teniente general retirado Ben Hodges, excomandante del ejército estadounidense en Europa. Los problemas fueron evidentes, muchos soldados rusos hablaban por canales radiales desprotegidos, monitoreados fácilmente por elementos externos.
El Ministerio de Defensa de Rusia no respondió a preguntas para este artículo.
No está clara la magnitud de la ventaja que sus sistemas electrónicos ofrecen ahora. Las fuerzas ucranianas están ahora más concentradas, lo que pudiera hacerlas más fácil de atacar.
Mucho depende de si los batallones tácticos rusos “están configurados en realidad como lo están en teoría”, dijo James Rands, del centro de estudios de inteligencia militar Jane’s. Cada grupo debe tener una unidad de guerra electrónica. El Pentágono dice que 110 grupos están en Ucrania.
El Kremlin afirma tener más de 1,000 vehículos pequeños no tripulados Orlan-10 que usa para reconocimiento, focalización de ataques, interferencia e intercepción celular.
Estados Unidos y Gran Bretaña están proveyendo a Ucrania equipo de interferencia, aunque no está claro cuánto ayudan. Ninguno de los países ha dado detalles.
La red Starlink de Musk es un valor probado. Sus más de 2,200 satélites en órbita baja proveen internet de banda ancha a más de 150,000 estaciones terrestres en Ucrania.
Cortar esas conexiones es difícil para Rusia, Es mucho más difícil interferir con satélites de órbita baja que con satélites geoestacionarios.