Si bien los bajos tipos de interés a nivel global han logrado estimular el crecimiento económico, también han provocado una huida hacia activos de mayor riesgo y un elevado endeudamiento que podría explotar en caso de un brusco frenazo, alertó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Miramos el impacto potencial de un frenazo económico sustancial - uno que es la mitad de severo que la crisis financiera global del 2008. Nuestra conclusión es sobria: la deuda de empresas incapaz de cubrir el pago de los intereses con sus beneficios, lo que llamamos deuda corporativa en riesgos, podría subir a US$ 19 billones”, remarcó Tobias Adrian, director del Departamento de Mercados de Capital del FMI, en una rueda de prensa en Washington.
Esto supone el 40% del total de la deuda empresarial en las economías estudiadas.
Adrian subrayó que las empresas en ocho economías analizadas (EE.UU., China, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España) “están asumiendo más deuda y su capacidad para pagarla se está debilitando”.
A ello se añade que en esta carrera en busca de rentabilidad, diversos actores como aseguradoras, fondos de pensiones y otros inversores institucionales se hayan "convertido en una fuente importante de financiación para las empresas no financieras, lo que ha facilitado a su vez el aumento de su nivel de endeudamiento".
Aunque las condiciones financieras más expansiva han respaldado el crecimiento y ayudado a contener riesgos a la baja, aseveró el Fondo, lo cierto es que en el corto plazo también han alentado una mayor toma de riesgo y un incremento mayor de la vulnerabilidad financiera.
El Fondo remarcó que más del 70% de las economías globales cuentan con políticas monetarias expansivas.
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, el único gran banco central que había iniciado un proceso de subida de tipos de interés y el masivo estímulo monetario para salir de la Gran Recesión, dio marcha atrás este verano y ha recortado en dos ocasiones el precio del dinero.
Mientras tanto, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo (BCE) siguen con toda la artillería monetaria desplegada y en el caso de la zona euro con tipos de interés en terreno negativo.
También han incrementado exposición a un eventual choque los mercados emergentes, que han visto acelerarse la afluencia de capitales.
“Estas entradas de capital han respaldado un mayor endeudamiento: en economías de mercados emergentes, la mediana de la deuda externa ha aumentado al equivalente de 160% de las exportaciones, frente a 100% en el 2008. En algunos países, esta proporción alcanza más de 300%”, indicó Adrian.
Por ello, alertó que "de contraerse agudamente las condiciones financieras mundiales, un aumento del endeudamiento podría incrementar el riesgo de refinanciamiento y poner en peligro la sostenibilidad de la deuda".
Como respuesta, el FMI recomienda una mayor cooperación multilateral para completar la reforma regulatoria y asegurar que no se produce un retroceso en los estándares de supervisión.
El reporte fue divulgado en el marco de la asamblea anual del organismo y el Banco Mundial (BM), que reúne a sus 189 países miembros, y un día después de presentar las nuevas proyecciones globales, que se ubicaron en el 3% en el 2019, la menor tasa desde la crisis financiera de hace una década.
Es la primera reunión de la búlgara Kristalina Georgieva como directora gerente del Fondo, desde que reemplazó a Christine Lagarde a comienzos de mes, convirtiéndose así en la segunda mujer al frente del organismo en sus más de 75 años de historia.